Shamir: “Mi sexualidad, género y raza no tienen nada que ver con mi música"

En 2015, Shamir se convirtió en toda una revolución pop gracias a su debut 'Ratchet'. Así nos contó sus experiencias este artista queer entonces.

Shamir: “Mi sexualidad, género y raza no tienen nada que ver con mi música"
Agustín Gómez Cascales

Agustín Gómez Cascales

He viajado en limusina con Mariah, he tomado el té con Beyoncé, he salido de fiesta con J.Lo y he pinchado con RuPaul. ¿Qué será lo próximo?

21 mayo, 2015
Se lee en 12 minutos

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Shamir es más alto de lo que imaginas. Con un punto desgarbado –lo que él define como su rollo gueto– pero a la vez con estilazo –sin duda, es la diva que lleva dentro–. Irresistiblemente joven pero con una penetrante mirada que no se corresponde con sus 20 años. Lleva las uñas pintadas de negro, gesticula continuamente, tiene una pluma que recuerda a las de algunas protagonistas de Paris Is Burning –documental filmado cuando él ni había sido concebido– y es muy dado a torcer la cabeza cuando se te queda mirando pensativo, o quiere reforzar una respuesta.

Su agudo tono de voz, una especie de falsete natural perpetuo, hace que en muchas ocasiones parezca que es una mujer la que habla. Desde luego, si cierras los ojos, nunca pensarías al escucharle que Shamir es un hombre. Pasa también al escucharle cantar, y esa es una de las razones por las que empezó a llamar la atención cuando On The Regular se convirtió en un fenómeno viral.

Nacido y criado en Las Vegas, su música le ha dado la oportunidad de empezar a conocer mundo. Desde hace un año comparte piso con dos amigos. “Aunque adoro a mi mamá, tenía que haberme ido de su casa antes. Soy una persona muy independiente, me encanta valerme por mí mismo”.

Aunque tampoco lo parezca, también es reservado. “Me considero introvertido”, explica, “pero no en el sentido de tímido, sino porque me gusta pasar mucho tiempo solo. Si me das la opción de salir con amigos o quedarme en casa tranquilo, siempre prefiero la segunda. No soy ningún animal social. Y no me da miedo perderme en mis pensamientos, al contrario. Muchas veces me quedo colgado, incluso estando por ahí, y mis amigos flipan”.

Comenzó a componer canciones a los doce años, aunque asegura que escribe desde que tiene uso de razón. “Empecé a hacer pequeños diarios en el jardín de infancia, diría yo. Y ya nunca he dejado de escribirlos”. En la adolescencia cambió la estructura de los textos y empezó a centrarse en la música. “De vez en cuando repaso esos cuadernos, en ellos encuentro muchas ideas. Una de las canciones favoritas de mi madre, The Devil’s Bride, la compuse a los 13 años, y la rescaté de uno de ellos. Me hace cantársela cada dos por tres”.

Dicha canción la publicó en el pequeño sello Little L, y nos revela a un Shamir muy distinto del que descubrimos en su EP Northtown, o del que ahora ha publicado Ratchet. Resulta que el Shamir acústico, que canta acompañado solo por su guitarra, es ‘el auténtico’ Shamir. Mejor dicho, un Shamir en bruto.

Cuando sus maquetas llegaron a manos del productor Nick Sylvester, vio su potencial y quiso enriquecerlo con una producción propia del house neoyorquino típicamente 90s, tan actual por otro lado gracias al revival que vive. “No había escuchado house en mi vida”, confiesa Shamir. “Nick estaba convencido de que debía apasionarme, y flipó cuando le dije la verdad. Me empezó a pasar mucha música house y vi que realmente se parecía a lo que yo hacía en mis maquetas, sin saberlo. El destino y el house nos unieron”.


«MI SEXUALIDAD, GÉNERO Y RAZA NO TIENEN NADA QUE VER CON MI MÚSICA»


Apasionado del postpunk, a Shamir siempre le han tirado más las guitarras que las bases programadas, y se declara fan de The Slits (Cut es uno de mis discos preferidos de todos los tiempos”), The Raincoats o The Smiths. “Nunca pensé que grabaría música en la que no hubiera ni una guitarra”, y según piensa en Ratchet [cuya crítica tienes aquí] sus ojos dan vueltas y tuerce el cuello. Enseguida se recompone. “Este proyecto era para mí es un desafío que he disfrutado mucho. Me estaba convirtiendo en una de esas personas que se escudan tras su guitarra, me estaba viciando. Es bueno romper con los hábitos para evolucionar. Eso significa esta aventura para mí”.

SHANGAY ⇒ ¿No es ‘ratchet’ un término de slang que se aplica a tías de gueto con mucha actitud y bastante ordinarias?
SHAMIR ⇒ No es un término exclusivamente femenino. Mis amigos y yo lo utilizamos todo el tiempo, porque nos sentimos ratchet. Pero en nuestro caso quiere decir que no solo nos atrae lo hortera y barriobajero, que es a lo que se asocia esa palabra. Hay momentos en que nos sale la vena de barrio y nos apetece bailar twerk como locos. Pero también nos encanta ir a conciertos de punk, o escuchar country para rebajar ese venazo chungo [risas].

Shamir: “Mi sexualidad, género y raza no tienen nada que ver con mi música"

SHANGAY ⇒ ¿Qué es lo más barriobajero que has hecho en tu vida?
SHAMIR 
⇒ Tantas cosas…., ¡soy ratchet total! Durante una época llevaba siempre en la mochila un bote de salsa picante Tapatío, mi favorita. Siempre. Para que nunca me faltase cuando me daba el antojo. Y también me solía meter en montones de peleas, aunque de eso no me siento nada orgulloso.

SHANGAY ⇒ ¿Cómo llevas ser el centro de tantas miradas sin tener una guitarra tras la que esconderte?
SHAMIR 
⇒ Bien. No me molesta nada ser el centro de atención, y he descubierto que disfruto mostrándome tal cual soy. Aunque muchas veces echo de menos mi guitarra cuando viajo, y tengo que pedir alguna prestada para quitarme el mono.

SHANGAY ⇒ ¿Cuándo fuiste consciente de que tu peculiar tono de voz despertaba la curiosidad de la gente?
SHAMIR
 ⇒ Lo empiezo a ser ahora, es algo nuevo. Una vez que mis canciones han caído en las manos adecuadas es cuando se ha empezado a hablar de mi voz. Llevaba cantando desde los ocho, pero nunca había llamado la atención hasta ahora. Es algo a lo que todavía no me he acostumbrado…


«NO DESCARTO ALGÚN DÍA ABRIR MI PROPIO RESTAURANTE, ME ENCANTA LA COCINA. COMO A KELIS, A LA QUE ADORO»


SHANGAY ⇒ ¿No entraba en tus planes ir a la universidad?
SHAMIR
 ⇒ Sí. Antes de que pasara todo esto, mi idea era ponerme a trabajar en una granja para ahorrar y poder pagarme la carrera de restauración. Porque me encanta cocinar. Y no descarto algún día hacer realidad ese plan y terminar abriendo mi propio restaurante. Kelis, a la que adoro, también está desarrollando su pasión por la cocina, y eso fue lo que me abrió los ojos, es algo que quiero hacer más adelante.

SHANGAY ⇒ ¿Qué tipo de restaurante abrirías?
SHAMIR
 ⇒ Uno especializado en platos sin gluten, porque soy intolerante. Así, de paso, me haré más estricto con mi dieta, porque cuando tengo un antojo me la salto y como cosas con gluten, aunque me sientan fatal, peor que un cigarro. Pero están tan buenas… Tengo grandes recetas sin gluten que me encantaría compartir. No es por presumir, pero hago las mejores tortitas sin gluten que hayas probado jamás [risas].

Shamir: “Mi sexualidad, género y raza no tienen nada que ver con mi música"

SHANGAY ⇒ ¿Qué es lo mejor de tu creciente popularidad?
SHAMIR
 ⇒ Tener cada vez más fans. Porque no los veo como seguidores, sino como amigos. Yo no me siento líder de nadie, sino alguien que cada vez conecta con más gente con la que tiene algo en común. Por eso cada vez que termino un concierto me meto entre el público y abrazo a todos los que puedo, es importante para mí romper esa cuarta pared que nos separa. No soporto que se intente perpetuar un sistema de castas en la música, no me siento mejor que nadie porque mi arte llame la atención. Soy una persona normal y quiero seguir siéndolo.

SHANGAY ⇒ ¿No has sido nunca de poner en un pedestal a los artistas que te gustan?
SHAMIR
 ⇒ Lo hago todo el tiempo. Soy una contradicción andante…. Ahora mismo, por ejemplo, adoro a Alex G. No hay día que no escuche algo suyo. Le conocí en el festival South By Southwest y casi me da un ataque cuando me lo presentaron, me puse a llorar como un loco de la emoción y se me quedó mirando como asustado, el pobre. La siguiente vez que coincidimos tuve que contenerme para no montarle otro número y que no pensase que estoy chalado.

Shamir: “Mi sexualidad, género y raza no tienen nada que ver con mi música"

SHANGAY ⇒ ¿Con quién te pasaba algo parecido cuando eras (aún) más joven?
SHAMIR
 ⇒ Con Daniel Johnston. Es el artista que más me ha inspirado, por lo honesto que es y porque siempre ha ido a lo suyo, sin preocuparse por lo que diga nadie. No es alguien que me provocaría un llanto histérico, sino un ejemplo de cómo me gustaría que fuese mi carrera. Sé que habrá a quien le sorprenda que le cite a él, porque no tenemos nada que ver, pero es que me parece un artista con mayúsculas, que no deja que su ego interfiera en su música.


«ME DEFINO COMO QUEER PORQUE GAY ME PARECE UN TÉRMINO LIMITADO»


SHANGAY ⇒ Se te compara mucho con Sylvester, la disco diva gay de los 70. ¿Conoces su música?
SHAMIR
 ⇒ Sí, porque a mi tía le gusta mucho y vi un documental sobre su vida con ella cuando estaba en el instituto. Entiendo que me comparen con él, pero realmente no es un artista que tenga presente. No me interesa especialmente la música disco. A nivel de composición y arreglos, sí, pero en general me resulta un estilo demasiado comercial.

Lo que yo quiero hacer en todo caso es devolverle la emoción perdida a la música disco, que en realidad no es más que r’n’b y funk bailable. Esa sí es la música con la que crecí, la de Rick James, Teena Marie… También me gusta mucho Donna Summer, que tuvo una gran carrera más allá de la música disco.

SHANGAY ⇒ Tus preferencias sexuales y tu indefinición en cuanto a género llaman la atención, y tú no les das mayor importancia.
SHAMIR
 ⇒ Mucha gente quiere saber si soy gay, hetero, bisexual, hombre, mujer… Pero todo eso no tiene nada que ver con mi música. A esas personas les recomiendo que escuchen mis canciones, vean mis vídeos y disfruten con mis propuestas. ¿Por qué les interesa tanto si soy chico o chica? Para meterme en un compartimento cerrado.

Cuando era pequeño y mi madre me ponía discos de Nina Simone yo no sabía si cantaba un hombre o una mujer. ¡Y me daba igual! Lo que me importaba es que su voz me parecía hermosa. Mi sexualidad, género y raza no tienen nada que ver con mi música.

Shamir: “Mi sexualidad, género y raza no tienen nada que ver con mi música"

SHANGAY ⇒ Aun así, no tienes problema en hablar abiertamente de esas cuestiones, tanto en entrevistas como en tus redes sociales…
SHAMIR
 ⇒ Ninguno. En Twitter sobre todo, cuando me hacen preguntas de ese tipo no dudo en responderlas. Pero en ningún caso quisiera que nadie se refiera a mí como Shamir, el artista queer. Soy Shamir, un artista que da la casualidad de que es queer.

SHANGAY ⇒ ¿Prefieres definirte como queer antes que como gay?
SHAMIR
 ⇒ Sí, ‘gay’ me parece un término limitado. Yo simplemente amo, quiero a todo el mundo, no tengo unas preferencias concretas. Me siento atraído más por las personalidades que por los físicos o el género de las personas, así me ha pasado hasta ahora. Y tampoco me veo como hombre o como mujer, no encajo en un género determinado.

Si dijera que soy gay estaría dando por hecho que me siento hombre. Y aunque biológicamente lo soy, y estoy contento de serlo, mentalmente me siento Shamir. Y en mi mochila llevo agujas porque me encanta hacer punto y croché… Así soy yo, hago todo lo que me hace feliz, y no dejo que mi aspecto físico me limite en función de lo que la sociedad recomienda. Se supone que un hombre tiene que ser resolutivo, cachas, descuidado… Bueno, guarrete sí soy [risas].


«AUNQUE BIOLÓGICAMENTE SOY UN HOMBRE, Y ESTOY CONTENTO DE SERLO, MENTALMENTE ME SIENTO SHAMIR»


SHANGAY ⇒ ¿Te enfrentaste a situaciones de homofobia en el instituto?
SHAMIR
 ⇒ No. Supongo que porque siempre he sido una persona positiva y con mucha conciencia de mí mismo. Nunca dejé que nadie me hundiera, por mucho que se metieran conmigo, que pasaba. Si veía que alguien me iba a hacer una foto porque llevaba unas pintas tremendas que le escandalizaban, ponía mi mejor pose. Así conseguí que en lugar de ser el hazmerreír del instituto, un año me votaran el mejor vestido [explota a reír]. No hay que rendirse fácilmente, hay que ser uno mismo y defender lo que sientes. No es que me considere especialmente fuerte, es que paso de muchas cosas.

SHANGAY ⇒ Ahora que estás en tu máximo momento de hype, ¿te preocupa no tener el éxito que todo el mundo espera de ti?
SHAMIR
 ⇒ Es algo que no me preocupa en absoluto. Me siento feliz de poder compartir mi arte, y me esfuerzo porque sea lo mejor posible y que la gente se identifique con él. Paso del hype, paso de estar de moda y no me parecería grave si este se convierte en mi primer y último álbum. Estoy muy feliz de que el disco sea una realidad y de tener la oportunidad de lanzarlo a un nivel que antes no habría podido ni soñar. Si dentro de un año nadie habla ya de Shamir, no pasa nada, la satisfacción que siento ahora no me la puede quitar nadie.

Shamir: “Mi sexualidad, género y raza no tienen nada que ver con mi música"


EL ÁLBUM RATCHET DE SHAMIR ESTÁ EDITADO POR XL/POPSTOCK!


 

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