Romperían su amistad máxima, pero han decidido pasearse por los platós. Y necesitamos la verdad. Allá que fueron el pasado viernes Labrador y Jesús Reyes, sometidos al Poli Deluxe en busca de arrojar algo de luz a todo el supuesto affaire gay que tuvieron. Y mucho ojo, porque las novedades son un tanto inesperadas.
El ex concursante de Supervivientes siempre se ha mostrado muy seguro de lo que afirmaba. El estilista de Mujeres y Hombres y Viceversa jamás había usado su brocha para pintar, como mucho había podido otearla de soslayo mientras este orinaba. El baño de informativos, el quid de la cuestión, el epicentro del maremágnum, lugar donde se desencadenan los hechos la mañana de autos.
Y las mentiras. Porque el polígrafo fue mostrando las vergüenzas de Labrador al tiempo que se confirmaba que Jesús ya las había palpado. Le tocó el pene y le intentó hacer una felación. El gandiashorero lo negó, pero Conchita, el tótem y bandera de la libertad, no estaba allí para permitir que la audiencia permaneciese en ascuas.
“Tú tienes sueños conmigo”, Labrador intentaba salvar su honor. Era tarde, Jesús tenía la sartén por el mango, nuevamente. Y claro, todo se origina con la orina de cuerpo presente. “¿Después de mear me la querías chupar? Pues sí que eres tú guarro”. Jesús se pone el mundo por montera: “En peores plazas he toreado”. Olé.
Los argumentos comenzaban a escasear, y Labrador intentó distraer la atención con su arma letal. “Os lo voy a enseñar a todos como os pongáis tontos”. Jorge Javier entró en colapso, pero si queremos estirar el chicle, no convenía desenfundar. Mientras, el “pervertido” de Jesús saca pecho. Continuará, claro.