A la gente le gusta hablar. Pero esta vez, tenían razón. En una reunión de amigos, a Lee le advirtieron de que su novio Paul y el ex marido de su madre tenían un físico demasiado parecido como para que fuese casualidad.
La pareja se había conocido por Internet, se enamoraron y todo parecía de color de rosa. Pero tras el rumor creciente, no pudieron abstraerse y decidieron acudir al show de Jeremy Kyle para someterse a una prueba de ADN. Lo que había unido la red estaba a punto de separarlo la sangre.
Bingo. Los resultados mostraban coincidencias genéticas entre ambos. Es decir, que además de novios… son hermanos. Y tenían planes de boda. De ahí la cara que se les quedó a ambos cuando recibieron la noticia. “Espero que no sea verdad”, declaraba Lee, preguntado por la posibilidad de que hubiera estado manteniendo relaciones sexuales con su hermano. Y en efecto, así fue. La cara de ambos lo dice todo.