“No soy un experimento científico, no soy sintética, soy un ser humano real, tanto como los demás”. No cabe duda, y seguro que más valiente y natural que la mayoría. Josephine Skriver es desde ya un icono del activismo LGTB tras una entrevista concedida para el canal de YouTube my i-D. En ella, el ángel de Victoria’s Secret confiesa que nació gracias a la fecundación in vitro producto de la unión entre un gay y una lesbiana, sus padres.
Solo puede sentir admiración por su familia: “Me enseñaron a no rendirme jamás”. La historia no tiene desperdicio, pues su progenitores se conocieron en un encuentro LGTB en Dinamarca (país donde nació la modelo) por un anuncio que su padre había publicado para tener un hijo. Su infancia, lejos de ser traumática, fue toda una experiencia para Josephine: “Tenía madre, padre y otros dos más adicionales”, en referencia a sus parejas. Enriquecerse era el mayor de sus problemas.
Eso sí, estos comenzaron con la adolescencia: “No tuve problemas de bullying hasta que empecé a trabajar de modelo”, confiesa. Allí es donde encontró la intolerancia, pero ya era demasiado tarde para que minasen su personalidad. Buena prueba de ello es su Instagram, donde presume de familia siempre que puede para “devolverles parte de lo que me han dado”. Además, trabaja con la Family Equality Council para que, algún día, el concepto de familia “signifique mucho más que la tradicional pareja heterosexual”. Es para estar muy orgulloso.