Así se actúa ante una agresión homófoba

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Había sido una “noche genial”. Pero amigo, uno no está a salvo hasta que llega a casa. Y lamentablemente, Pablo pudo comprobarlo en primera persona gracias a un nuevo ataque homófobo producido en nuestro país que nos vemos obligados a relatar y denunciar.

Castellón, madrugada del 23 mayo. Acompañado por sus amigos Yeray y Patricia, empiezan a escuchar sin venir a cuento comentarios tan recurrentes como “maricones, me cago en vuestros muertos, hijos de puta”. El repertorio de esta clase de incívicos personajes no deja mucho lugar a la improvisación. ¿Creéis que así sació su sed de intolerancia?

Nada más lejos de la realidad. Su amiga intentó defenderle, pero ya era tarde: el agresor se acercó hasta Pablo para agredirle, y le provocó lesiones en codo, mano y cara. “Llamamos a la policía y este hombre de unos 45 años se pretendía ir como si nada hubiese pasado”, cuenta Pablo, que se ha puesto en contacto con Shangay para que nos hagamos eco de lo sucedido.

Ya con la autoridad presente, sustituimos la violencia por el cinismo, hasta el punto de que nuestro homófobo protagonista intentó hacerse pasar por la víctima. Obviamente, los agentes no entrarían al trapo y recomendaron a Pablo que denunciase el episodio previo paso por Urgencias.

Y eso fue justamente lo que hizo. Además, ha tenido la gentileza de adjuntarnos los informes para ilustrar la noticia y darle una mayor contundencia. En el parte de lesiones se puede apreciar cómo se le diagnostican “contusiones tras agresión”, mientras que toda la sarta de insultos son recogidos en el documento policial. “No os preocupéis porque no ha sido nada”, explica Pablo con una valentía y madurez impropia de su edad (19 años). Y añade: “Me parece vergonzoso en los tiempos que estamos que se siga usando la palabra ‘maricón’ como insulto y no solo eso, que te peguen por ello”. Vergonzoso es poco, ojalá se haga justicia.

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