Lo habíamos dado por perdido. Irritantes incursiones en la europachanga como Boum Boum Boum nos hicieron temer que definitivamente se había dejado en el camino la sensibilidad –melosa, pero contagiosa– que hizo de él una superestrella de la noche a la mañana.
Cómodamente instalado ya en una especie de segunda división pop, con una sólida base de fans fieles en países como Italia, Francia y España, Mika sorprende con la contención de su nuevo single, Good Guys, que anticipa su cuarto álbum, No Place In Heaven, previsto para el 16 de junio (lo presentará en directo en Madrid el 5 de octubre).
Se trata de una balada de aires folk y melodramático estribilllo orquestal –marca de la casa–, cuya letra es un repaso por su adolescencia, ese momento en que, dice, veía que todos sus ídolos vestían de dorado y él soñaba con poder ser un día tan atrevido como ellos. Muchos de los creadores que le inspiraban eran homosexuales, y llega a cantar: “Where have all the gay guys gone?”. Directa o indirectamente, cita en el tema a Oscar Wilde, Rufus Wainwright, David Bowie, Walt Whitman, Rimbaud… A través de sus poemas, novelas y canciones sospechamos que Mika comenzó a construirse el imaginario que después ha ido desarrollando en álbumes, vídeos y conciertos.
Esta vez deja de lado el petardeo colorido de su anterior clip, Talk About You –que ha pasado sin pena de gloria– y apuesta por una mayor sobriedad, y por una tendencia que arrasa, la de incorporar la danza contemporánea como elemento expresivo –algo que les ha funcionado de maravilla a solistas como Sia y a grupos como Years & Years–. Sin duda, este Mika menos histriónico resulta más digerible.
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