Escribía Rubén Darío que “La princesa está triste, ¿qué tendrá la princesa? Sus suspiros se escapan por su boca de fresa…”, y perfectamente podría estar refiriéndose a Pietro Parolin. Al secretario de Estado del Vaticano se le ha venido el mundo encima con la aprobación vía referéndum del matrimonio gay en Irlanda, por lo que hemos visto necesario hacernos eco de este tremendo drama.
Tal y como cuenta a la agencia de noticias italiana ANSA, el resultado de la consulta (62% a favor del sí) “no se trata solo de una derrota de los principios cristianos, más bien es una derrota para la humanidad”. Nunca aprenderán. La extinción de la raza se acerca para ellos, y la tensión ya es insostenible.
Irlanda espera que dentro de unas 6 semanas se pueda hacer efectiva la ley tras la aprobación del ejecutivo. Ya no hay marcha atrás y claro, en un país donde se irradia catolicismo, el Vaticano ve amenazada la familia. “Es que la familia es el futuro de la humanidad y de la Iglesia, incluso ante ciertos acontecimientos que han sucedido en estos días, el eje sigue siendo la familia”, se lamenta Parolin. Cualquiera le escucha durante un tiempo prolongado.
Estas declaraciones llegan como respuesta a lo expresado por Diarmuid Marmin, Arzobispo de Irlanda, sobre la necesidad de que la Iglesia Católica obtuviese una “dosis de realidad”. Con motivo de lo acontecido el pasado sábado en su país, mostraba a la cadena RTE su felicidad al ver que los “gays y lesbianas se sienten bien, enriquecen nuestra forma de vida y es una revolución social”. ¿Qué dirá el Papa Francisco de todo esto?