Un pequeño grupo de líderes LGTB que lucha por el movimiento y libertades del colectivo gay salió a las calles de la capital rusa dispuesto a celebrar su pequeña marcha del orgullo gay. Y lo hacían montados en un quad, abanderando la bandera gay y emitiendo humo de colores, dejando una estela como si de un arcoíris se tratase.
Pero la marcha, que había sido solicitada una vez más, no había sido aprobada, algo que os contábamos hace unos días en este artículo: Vuelven a prohibir el Orgullo Gay de Moscú.
No es una novedad, es el 10º año consecutivo que el Gobierno ruso prohíbe el desfile del Orgullo Gay. Desde 2006, es rechazada una y otra vez cada año. No obstante, son muchos los que se atreven a salir a la calle y reivindicar sus derechos, lo que suele desembocar todos los años en agresiones, ataques violentos al colectivo LGTB y detenciones de sus dirigentes.
Nikolai Alekseyev, uno de los líderes del movimiento homosexual ruso ya lo había advertido, no pensaba quedarse en casa de brazos cruzados. Por lo que junto a dos compañeros salió en el vehículo dispuesto a demostrar que no les van a callar. “La marcha se celebrará en cualquier caso”.
Pero Alekseyev fue interceptado poco después de que comenzase su actuación y atacado por activistas radicales ortodoxos, que no tuvieron ningún reparo en asaltar al líder a patadas y puñetazos. Más tarde fue detenido por la policía, que también detuvo a los agresores ultranacionalistas.
Todo ocurría en cuestión de segundos en la céntrica calle de Tverskaya. En el momento de la agresión, defensores del movimiento homosexual que estaban viendo la escena acudieron en ayuda de su líder, tras lo cualse desató una contienda que obligó a las fuerzas del orden a bloquear el tráfico. Al final, también fueron detenidos otros conocidos activistas gays, como Dmitri Enteo.
Rusia, que prohibió en 2013 la ‘propaganda’ de la homosexualidad entre los menores de edad –una ley que supone la violación de la libertad de expresión–, reprime una vez más la manifestación del Orgullo gay, además de legislar nuevas normas que limitan más la homosexualidad en todas sus vertientes.
Vladímir Putin continúa con su campaña homófoba, que parece no tener fin, fomentando el rechazo al colectivo LGTB e impulsando regulaciones que lo hostiguen. Según una reciente encuesta, el 37 % de los rusos cree que la homosexualidad es una enfermedad que se debe curar. Un sentir y una cultura que convierte en un infierno el hecho de ser gay en este país. Si queréis conocer un testimonio de primera mano sobre Ser gay en Rusia, no os perdáis este artículo.