“Chupa, chupa”. Lo que está claro es que se lo pasaron muy bien. Así, el escándalo de la semana nos llega desde Reino Unido, donde tres futbolistas del Leicester City decidieron jugar su propio partido en la habitación del hotel. No eran 11 contra 11, pero casi.
Porque en el vídeo podemos ver cómo James Pearson, Tom Hopper y Adam Smith no tienen bastante con lo que se les exige en el campo. Pearson, además, es el hijo del dueño del club, por lo que entendemos que decidió hacer de embajador en Tailandia, lugar donde tuvieron lugar los hechos.
Además, durante la grabación podemos observar el tono ciertamente despectivo que usan con las mujeres que se encuentran en la habitación, factor que ha colmado el vaso de la flema británica. Más que morbo, las escenas se acercan a lo desagradable. No sabemos muy bien cuáles serán las consecuencias, pero el escándalo ya está servido.