Foto: Cesar Ogata (SECOM)
“Nací así, crecí así, voy a ser siempre así: respetadme”. Esta ha sido la frase más repetida durante el pasado fin de semana en Sao Paulo, con motivo de su Orgullo Gay y la 19ª edición del desfile LGTB, el más multitudinario del mundo. Alrededor de dos millones de personas, según cálculos de la asesoría de prensa de la organización, abarrotaron la ciudad brasileña para pedir un cambio en la política LGTB del país.
Foto: Daniel Mello (Agencia Brasil)
Sao Paulo, como cuarto mejor destino homosexual del mundo, genera alrededor de 17 millones de euros al año en lo que al mercado LGTB se refiere. Además, es necesario destacar que la afluencia de turistas se elevó hasta el 40% del total del público. La ciudad fue la primera región en Brasil en criminalizar los delitos de homofobia y como tal, continúa estado a la vanguardia en toda esta temática.
Foto: Cesar Ogata (SECOM)
La Avenida Paulista, en el corazón financiero de la ciudad y zona más gayfriendly, se convierte en el epicentro mundial de la exigencia de igualdad y derechos. Sus más de 80 establecimientos para el ocio LGTB cuelgan el cartel de aforo completo para una organización que, además del desfile, cuenta con uno de los mayores festivales del cine del planeta en cuanto a diversidad sexual se refiere. No olvidemos que Brasil también es la cuna futbolística por antonomasia, así que no mencionar el torneo organizado para Drags sería un delito.
Vista la multitud, la organización no ha estado muy lejos de los 2,5 millones que se esperaba tomaran parte de todas las actividades culturales. Pese a ello, sí que es preciso destacar la presencia de grupos evangélicos en los actos con la intención de pedir disculpas por la discriminación que se lleva a cabo desde determinados sectores religiosos.
“El momento de Brasil para la comunidad LGTB no está fácil. El Congreso es muy conservador, pero al mismo tiempo tenemos este Orgullo magnífico aquí en la Avenida Paulista, que es la más importante de São Paulo”, señaló una de las voces más autorizadas, la senadora Marta Suplicy, antigua alcaldesa de la ciudad. Ella, además, personifica el descontento con el partido de la presidenta Dilma Rouseff (Partido de los Trabajadores), al cual ha dejado de pertenecer por diferencias ideológicas. Por su parte, el alcalde de la ciudad Fernando Haddad expresaba su satisfación: “Es muy importante albergar una edición más de este Desfile, puesto que atrae mucha gente a São Paulo para defender una causa justa, que es la lucha contra la intolerancia. En una ciudad donde viven 12 millones de personas hay que cultivar la tolerancia, el respeto mutuo y la cultura de paz. Nuestra ciudad fue forjada por la diferencia”.
18 carrozas fueron de la partida con la parafernalia habitual en este tipo de eventos. Hay que destacar la participación de varias actrices del elenco de la serie estadounidense Orange is the new black, Natasha Lyonne, Uzo Aduba y Samira Wiley, convertidas en iconos lésbicos gracias al éxito televisivo.
Así, la ciudad más poblada de América Latina volvió a convertirse en parada obligatoria para aquellos que buscan un cóctel rico en cultura, ocio, diversidad y reivindicación. Perdérselo es autoflagelarse.