“Las uniones civiles no pueden ser retrasadas más tiempo”. Con este mensaje esperanzador, el primer ministro italiano, Matteo Renzi, hacía estas declaraciones después de ver cómo en Irlanda se aprobaba el matrimonio igualitario a través de referéndum.
Como no hay mucho tiempo que perder, el pasado miércoles la cámara de diputados italiana aprobaba por primera vez un moción a partir de la cual el Gobierno se compromete a promulgar una ley de uniones civiles entre personas del mismo sexo. Algo es algo. A esta iniciativa se ha sumado el ministro de Justicia, Andrea Orlando, que rechazaba aquello de que la medida y “la extensión de los derechos de las personas del mismo sexo puedan socavar la familia tradicional”.
No obstante, hay que recordar que Italia viene de varias promesas incumplidas en materia de derechos LGTB, entre las que se encuentra un supuesto impulso que se iba a dar a las uniones civiles el pasado mes de septiembre. Aquel quedó en papel de fumar, pero se acaban las excusas. Estamos ante uno de los pocos países donde no existe ningún tipo de reconocimiento para el colectivo LGTB. Recordemos que, en 2012, la Asociación Internacional LGTB ILGA situaba a Italia a la altura de Polonia y por debajo de lugares como Albania, Lituania o Bulgaria.
Así, para evitar un nuevo #matteometticilafaccia (Matteo, cumple tus promesas), el citado proyecto, llamado a “garantizar la igualdad de trato en toda la nación”, tendrá que ponerse en marcha a no mucho tardar. Corre prisa.