Ha llegado el momento de elegir, no se puede tener todo. Kevin, el guapérrimo de Masterchef, fue capaz de seducir el paladar de numerosos chefs con Estrellas Michelín, hecho que le convirtió en ganador de la primera prueba de la gala y le otorgó el delantal dorado. Con ello, íbamos a tener el privilegio de verle en otras facetas. ¿Qué hacemos?
Porque pese a que muchos suspiremos por que nos ponga los fogones a punto, su victoria provocó que tuviese libertad para disfrutar de la vida. Mientras, sus compañeros batallaban en la prueba por equipos. Y entonces, el modelo nos brindó uno de los momentos de esta edición. Un balneario acogía a los concursantes, pero Kevin tendría la oportunidad de comprobar in situ todas las actividades que ofrece.
Así, entre planos de sufrimiento, pudimos observar cómo la sauna le queda mejor que el delantal. Torso, ropa interior y cara de satisfacción. Cada vez que la realización volvía al estricto concurso, más de uno se lamentaba por pensar si Kevin estaba sudando de placer o pensaba en seguir esforzándose para deleite de los demás. Mucho ojo, que el programa no ha terminado, y con el nivel también se eleva la temperatura.