Parece un chiste, pero no por desgracia no lo es. Un hecho que tiene dos lecturas, la primera, el gran enfoque homófobo del Ejército lituano, que rechaza incorporar homosexuales en sus filas; y la segunda, la absurdez que pueden alcanzar algunos seres humanos, asumiendo que “coger flores en el campo” es lo que más nos pirra a los gays.
En teoría, Lituania es un país que acepta la homosexualidad, y en congruencia siguen la norma antidiscriminación europea para la afiliación de nuevos miembros al Ejército, lo que supone la no discriminación a personas abiertamente homosexuales.
Sin embargo, en los tests para la selección de los candidatos se incluyen preguntas como “¿Te gusta coger flores en el campo? ¿Has pensado alguna vez trabajar en la industria de la floristería? ¿Has deseado alguna vez ser mujer?”. Parece que con estas agudas preguntas no hay homosexual que se libre de ser pillado.
El psiquiatra lituano Kęstutis Ramanauskas admitió en un periódico local que estas preguntas eran para detectar candidatos gays, y que bajo su punto de vista estos hombres no deberían servir en las Fuerzas Armadas, ya que responden a una “orientación errónea es un desorden psico-conductual. Aunque se dice que no es una enfermedad, lo es. Por mucho que algunos no estén de acuerdo. Una persona así sería acosada en el Ejército y no podría ser capaz de servir el periodo de nueve meses”.
Unas declaraciones que han visto la luz y han sido reprobadas en el resto de Europa. El eco mediático ha alcanzado tal magnitud que el ministro de Defensa del país, Juozas Olekas, ha tenido que dar explicaciones en el Parlamento para reafirmar que las Fuerzas Armadas lituanas “están abiertas a personas heterosexuales y homosexuales” y negar que se usen ‘filtros antigays’ en las preguntas de acceso al Ejército.
El dirigente justificó las preguntas alegando que, aunque parezcan absurdas, responden a una comprobación del estado psicológico idóneo para servir en el cuerpo, y que no comparte la opinión del doctor Ramanauskas.
El servicio militar obligatorio en Lituania fue abolido en 2008, y desde entonces se accedía al cuerpo voluntariamente para desarrollar una carrera profesional en el Ejército. Pero a principios de 2015 fue reintroducida la obligatoriedad, que según parece, responde a la tensión entre Rusia y sus vecinos en Europa oriental. De este modo, todos los varones de entre 19 y 26 años pueden ser escogidos para prestar servicio durante 9 meses.
Esta no es la primera vez que se pone en tela de juicio la LTBfobia lituana. En octubre de 2010 entró en vigor la reforma que prohibía la “manifestación y promoción” de contenidos publicitarios referidos a la orientación sexual de las personas (se intuyen aquí ciertos aromas rusos). En septiembre de 2014 prohibieron una campaña mediática contra la homofobia, en base a la legislación mencionada.
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