De esto que te levantas una mañana y piensas: “Me voy a llevar mi bandera gay para que la gente me vea y se enteren de que hay homosexuales futboleros”. Y así fue como Francis Rivas, “de forma inesperada”, decidió ahondar en un terreno tan pantanoso como es el fútbol español aliñado con activismo LGTB.
La mezcla puede llegar a ser tan explosiva que, hace unos días, nuestro protagonista afirmaba haber sufrido un episodio homófobo en el Ramón de Carranza, estadio de su querido Cádiz Fútbol Club. Al parecer, uno de los miembros de seguridad del recinto le impidió la entrada por portar la bandera arcoíris, un hecho que añade un mayor sentido a todo lo que nuestro protagonista pretende. Tampoco quiere dedicarle más tiempo porque “en todas las familias hay una oveja negra”. Y como los brazos cruzados no eran una opción…
Tres palabras: Las Nenas Cadistas, o lo que es lo mismo, la fundación de una peña LGTB inclusiva que pretende luchar contra la homofobia en el fútbol. “Queremos dar cabida a los homosexuales, alejarnos de los tabúes y que puedan entrar con la cabeza bien alta a un estadio”, explica. Eso sí, nada de considerarse pionero o sacar pecho por lo que algunos podrían catalogar como la primera asociación gay en el deporte rey de nuestro país. Es más, “no somos solo una peña gay, de hecho, los fundadores son cuatro heterosexuales y un homosexual”, aclara.
Y “pasito a pasito”, una pequeña campaña se hizo realidad. Además, su pistoletazo de salida no pudo tener mejor padrino. El pasado 13 de junio, con motivo del día del Orgullo LGTB en la localidad gaditana, Las Nenas Cadistas se presentaban en sociedad. No está de más recordar que Cádiz es la provincia donde más delitos de odio por discriminación se registraron en 2014, con un total de 115. Por lo tanto, su labor es doblemente valiente e importante.
No obstante, Francis segura tener el cariño de los aficionados y “muchos ánimos para seguir hacia delante”. De momento, el club guarda silencio, y Francis se mantiene a la espera de un guiño gayfriendly, aunque “sí son muchas las asociaciones LGTB que me han pedido que les mantenga informados”, se enorgullece.
Entre sus planes, visibilidad durante los partidos y organización de torneos benéficos y convivencias donde se aúnen sus dos grandes pasiones: la libertad y el balón. Todo ello entre “muchas sorpresas que iremos desvelando”, relata misteriosamente. Habrá que estar atentos.
¿Un último deseo? “Pediría a colectivos LGTB y deportivos que nos apoyen con lo que puedan, no dejamos de ser cinco personas y con nuestras ganas de luchar no es suficiente”. Ha quedado claro que aquel “fútbol es fútbol” del gran Vujadin Boskov no es tan sencillo como cuentan. Al menos, Francis ha elegido el ingrato y admirable camino de lo complejo.