El Mini nació como un pequeño automóvil utilitario fabricado en Gran Bretaña, muy cómodo por su tamaño y diseño para transitar por las calles de ciudades como Londres. Por aquel entonces lo producía la British Motor Company, desde 1959 hasta 2000.
Pero el Mini, tal y como lo conocemos hoy, fue reinventado en 2001. Un coche cuyo diseño, características y motor lo ha convertido en la obsesión de diseñadores y artistas, un lienzo perfecto para dejarse llevar por su imaginación.
En una encuesta internacional que pretendió determinar cuál era el automóvil más influyente del siglo XX, el Mini se desmarcó como el más popular, y un auténtico icono de los años 60 en casi todo el mundo.
Este revolucionario automóvil fue diseñado en BMC por Alec Issigonis, fabricado en el Reino Unido en las fábricas de Longbridge y Cowley, Oxford, y más tarde también en Australia, Bélgica, Chile, Italia, Portugal, Sudáfrica, España, Uruguay, Venezuela y Yugoslavia.
El Mini siempre ha destacado por su diseño, una fácil conducción y un gran motor para un coche de reducidas dimensiones. Un deportivo de gran calidad en todos sus acabados, que más de uno soñó como su coche ideal para moverse por la ciudad.
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