CONCHITA WURST – «CONCHITA» (COLUMBIA/SONY MUSIC)
Se ha hecho de rogar más de lo conveniente el primer álbum de la sin par estrella austríaca, que desde que arrasó en Eurovisión en 2014 se dedicó a explotar la magia de Rise Like a Phoenix por el mundo en lugar de meterse a grabar un álbum. En este tiempo ha demostrado que se toma a sí misma muy en serio, y en su primer álbum se nota esa voluntad de trascender los clichés asociados a una cantante barbuda. No es ni mucho menos un disco memorable, pero sí una digna contribución al pop travesti, en un año en que RuPaul o La Prohibida han entregado álbumes más que notables.
Conchita confirma que la Wurst preferiría que la comparasen con Celine Dion antes que con Adore Delano. Lástima que las baladas –y hay muchas– no estén siempre a la altura de sus intenciones. Put That Fire Out, con aires de musical, es de las buenas, frente a You Are Unstoppable, un flojo arranque para un álbum que va cogiendo empaque según avanza, y en el que se intuyen las divas que han inspirado a los autores de su repertorio: Sia para Colours of Your Love, la Madonna más sensual para Out Of Body Experience, Shirley Bassey –¿o Geri Halliwell?– para Where Have All The Good Men Gone y Cher para Firestorm, su única –y afinada– incursión en el discopop. Ella no tiene la vista puesta solo en las pistas, y esa diferencia la reivindica aquí a lo grande. Agustín Gómez Cascales. Puntuación: 6
MIGUEL – «WILDHEART» (RCA/SONY MUSIC)
Interesante la disyuntiva que ha servido de motor creativo a Wildheart: Miguel quiere seguir seduciendo a toda costa, pero también desea sentar la cabeza. El flash psicodélico tan presente en el disco que le convirtió en estrella ha desaparecido, y en su lugar Miguel ha incorporado sudorosas bases funk a lo Prince de los 80 (muy bien) y abundantes riffs guitarrreros a lo Lenny Kravitz (regular). También invoca la energía rebelde D’Angelo (Deal) y el falsete hipersensual de Marvin Gaye, y gracias a ese cóctel –aunque no esté del todo depurado– logra su objetivo: que el oyente caiga rendido a sus talentos y a temazos como Coffee, Waves y Flesh. A.G.C. Puntuación: 7
FLORENCE + THE MACHINE – «HOW BIG, HOW BLUE, HOW BEAUTIFUL» (INTERSCOPE/UNIVERSAL)
De primeras, cuesta asimilar a esta nueva Florence Welch que no vehicula sus tormentos como en Lungs y en Ceremonials. Su pasión por la épica permanece, pero en esta ocasión el hálito entre romántico y victoriano ya no se percibe en su música; en su tercer álbum Florence ahoga sus penas a través de rock californiano y pop sesentero a lo Motown, todo aparentemente más optimista y luminoso. Pero ella sigue triste y atormentada, y esa es la gracia de un álbum hecho a partir de contrastes, con canciones brillantes como la que le da título, Delilah y St Jude. Si no deslumbra es por falta de factor sorpresa. Iván Salcedo. Puntuación: 6,5
HIDROGENESSE – «MOST» (AUSTROHÚNGARO)
Pueden estar muy orgullosos de su trayectoria hasta ahora. Y se agradece que no hayan caído en la tentación de hacer un recopilatorio al uso, que suelen ser desganadas colecciones de canciones que poco añaden a una discografía. En Most ni siquiera han sentido la necesidad de reivindicar exclusivamente sus canciones más conocidas. No faltan clásicos como Disfraz de tigre, pero tampoco versiones tan reveladoras como las que han grabado de los Stones, Remedios Amaya, Carlos Berlanga o el argentino Pepe Iglesias, del que rescatan su hit verbenero Eso es el amor. Tampoco falta el himno gay Hidroboy, en su versión 2013, imprescindible en estas fechas. A.G.C. Puntuación: 9
WILL YOUNG – «85% PROOF» (ISLAND/UNIVERSAL)
Su quinto álbum viene a confirmar, una vez más, que es un vocalista capaz de brillar incluso cuando defiende material mediocre. Tras la grandeza de Echoes, este 85% Proof tiene un sabor agridulce, como de marcha atrás. La coherencia estilística de aquel ha sido sustituida por continuas rupturas de ritmo y estilo, salvadas por la solvencia interpretativa de Young. El peor bache es de los uptempos de regusto negroide Love Revolution y U Think I’m Sexy, que no terminan de encajar. Y donde verdaderamente brilla es en las baladas, también porque Brave Man, Like a River o I Don’t Need a Lover están muy por encima del resto. A.G.C. Puntuación: 7
JASON DERULO – «EVERYTHING IS 4» (WARNER MUSIC)
El equipo de management y A&R tras Jason se merece un buen premio por lo bien que están encauzando la carrera de este chico, que parecía haber nacido para ser un ‘one hit wonder’ y ya tiene un cuarto disco que, encima, es el más sólido de su carrera –y que viene a ser el disco que Nick Jonas debería estar defendiendo ahora mismo–. Música disco, pop a la europea, r&b calentorro… Todo le vale, y le sienta bien, y lo cierto es que cada vez imita mejor a Michael Jackson –y a Justin Timberlake, como demuestra en la estimable Broke, en donde le acompañan Stevie Wonder y Keith Urban–. Hasta con Jennifer Lopez se entiende de maravilla en la veraniega Try Me. Como producto de temporada es impecable. Y encima, mientras siga luciendo cacha, seguirá ganando fans. Melanie Trigueros. Puntuación: 7
CITIZENN – «HUMAN INTERFACE» INTERFACE” (CROSSTOWN REBELS/POPSTOCK!)
Brillante debut en formato largo de uno de los creadores de house más prometedores de la escena británica. Su obsesión por utilizar la tecnología para crear música electrónica con alma da sus frutos en un emotivo disco en que el británico se inspira en maestros como Frankie Knuckles, Masters at Work y Kerry Chandler, derrochando soul en todos y cada uno de los temas de un álbum con una clase que llama la atención. Kenny Beat. Puntuación: 8
VICKY LARRAZ
– «LLÉVATELO TODO (1983-2015)» (RAMALAMA MUSIC)
Tres décadas han dado para mucho, y no son tantos los que conocen todo lo que ha grabado Vicky Larraz en este tiempo. La suya ha sido una carrera intermitente, con etapas muy marcadas tanto de actividad como de silencio, y una caja especial recoge toda su producción. Sorprenderá sobre todo a quienes apenas la conocen como la cantante de Olé Olé en sus inicios y por habernos representado en la OTI con Bravo Samurai. Es una intérprete de raza, siempre coqueteando con el exceso, con un vozarrón en ocasiones indomable y una discografía repleta de curiosidades. Atención, porque aquí la selección de rarezas es impagable: No controles y varios de sus singles en solitario en inglés, su maqueta de Lili Marlen –que ya grabaría Marta Sánchez, el dúo con Miguel Bosé Te quiero amor… Supone además un tributo impagable al recientemente desaparecido productor Jorge Álvarez, responsable de los primeros éxitos de Olé Olé y descubridor de Larraz. La edición física contiene 7 CDs, que dan para mucho. Porque ella siempre ha sido de darlo todo. M.T. Puntuación: 7
BRANDON FLOWERS – «THE DESIRED EFFECT» (ISLAND/UNIVERSAL)
Siempre le han tirado los pastiches ochenteros, pero aún no había logrado un álbum con empaque de ese rollo, ni solo ni en compañía de The Killers. El productor Ariel Techstaid ha sido providencial para dar forma a una petardada con sustancia, en la que Flowers suena al cruce ideal entre Steve Winwood y Liberace. Y su espíritu filogay queda más patente que nunca en I Can Change, con sample de Bronski Beat y voces de Neil Tennant. I.S. Puntuación: 7
HUDSON MOHAWKE
– «LANTERN» (WARP/PIAS IBERIA)
Es un creador ambicioso y no siempre lo pone fácil. Lantern tiene momentos espesos, pero si los atraviesas las recompensas son enormes: disfrutar con un jitazo como Ryderz o inmersiones en soul atmosférico tan brillantes como las firmadas con Antony y Miguel. Su versatilidad la sigue demostrando con cortes hiphoperos como Very First Breath o instrumentales como Kettles, que parece sacada de una película de Tim Burton. K.B. Puntuación: 7,5