“Holly vino de Miami, F.L.A / Hizo su camino a través de EE UU a dedo / Se depiló las cejas por el camino / Se afeitó las piernas y entonces él fue ella”. Así es como comienza la legendaria canción Walk On the Wild Side de Lou Reed. La Holly de la que habla Reed en la canción es Holly Woodlawn.
Antes que Caitlyn Jenner, antes que Laverne Cox, antes que Andreja Pejic, estuvo Holly Woodlawn. Un icono de la cultura pop más pura, una mente cinco décadas adelantada a su tiempo, talento en su forma más primitiva, musa de Andy Warhol y, como narra la voz de Lou Reed, un ejemplo de cómo andar por el lado salvaje de la vida siempre subida a los tacones más altos. Todo eso ha sido Holly Woodlawn.
Ahora, a sus 68 años, la actriz de Trash y Women in Revolt se encuentra en un hospital de Los Ángeles, en una situación complicada debida a su salud. Las expectativas respecto a su recuperación no son muy optimistas, por lo que su amiga y también artista Penny Arcade ha comenzado una campaña de crowdfunding que busca recaudar dinero para que Woodlawn pueda ser trasladada a su casa de West Hollywood, poder costear los gastos de los cuidados y, en caso de que las cosas no vayan bien, de su funeral.
“Holly Woodlawn, la amada, icónica pionera transgénero LGTB y superestrella de Warhol está muy enferma”, explica Arcade sobre la autora de la autobiografía A Low Life in High Heels. “Holly ha dejado claro que quiere volver a su casa, rodeada de amigos, y si debe morir, no quiere que sea en una residencia”.
En la explicación de la campaña, Arcade también recuerda la importancia de Woodlawn para el colectivo LGTB: “Holly dio visibilidad mucho antes de que fuese cómodo hacerlo y además dio esperanza y entretenimiento a miles de personas”. La campaña ya ha alcanzado los 50.000 dólares que tenía como meta en un principio, pero todavía es posible donar para conseguir que Holly Woodlawn, pase lo que pase, tenga un final digno de una estrella tan imprescindible como ella.
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