De la boina a los vaqueros ajustados, pasando por las chaquetas de cuero Perfecto o los pantalones de campana. La moda masculina ha cambiado mucho a lo largo de los últimos cien años, tanto como la sociedad y los tiempos de los que es reflejo. El canal de YouTube de moda y estilo de vida GLAM, después de su exitoso vídeo resumen de las diferentes tendencias para mujer en los últimos 100 años, ha realizado un vídeo similar con las del hombre.
Y, es que, aunque usualmente se ha asociado la masculinidad con la falta de cuidado en la apariencia física (un hombre presumido siempre era tachado de afeminado), parece que la industria de la moda masculina crece a pasos agigantados. El número de productos de belleza para hombres creció en más del 70% entre 2012 y 2014; e incluso se han realizado estudios para conocer qué países son los que tienen los hombres más vanidosos del mundo, con Venezuela y México en el primer y segundo puesto, respectivamente.
Aun así, los cánones de belleza caucásicos se imponen en todo el mundo. Como por ejemplo en Sudáfrica, donde estudios han demostrado que los ideales físicos occidentales se están convirtiendo en los referentes de belleza de hombres de raza negra y mixta –en un país donde solamente un porcentaje menor al 10% de la población masculina la forman hombres blancos–.
Además, los medios, que siguen siendo el factor más importante a la hora de definir los cánones de belleza tanto masculinos como femeninos (más incluso que las pasarelas), no coinciden en una imagen común, aunque lo que sí está claro es que el ideal de macho rudo y descuidado se está devaluando a favor de tendencias que se acercan más que nunca al género femenino.
Eventos como la feria de moda masculina Pitti Uomo de Florencia atraen cada año a miles de devotos del mundo del estilo, y pasarelas como la de Nueva York se han visto forzadas a crear su propia versión solamente para guiar a los hombres cada temporada.
Todo apunta a que el hombre será el que ayude a todo el negocio de la moda a renacer y fortalecerse, y que este a su vez está ayudando al hombre a estar más cómodo en un concepto de masculinidad más holgado que antaño. Un sistema de retroalimentación que no para de crecer.