Clueless ya tiene 20

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Había pasado casi una década entera desde que la última película de instituto con éxito había sido lanzada. Con Shannen Doherty y Winona Ryder, Heathers –Escuela de jóvenes asesinos aquí (1988) se convirtió en el último gran largometraje del género a finales de los 80. Después de cualquiera de los taquillazos de John Hughes, parecía lógico que la vuelta cruel y perversa de Heathers enterrara un género que había sido tan explotado en tan poco tiempo y que parecía no tener nada más que ofrecer.

Hasta que en 1995, para sorpresa de audiencia, equipo y elenco, Clueless (Fuera de onda en España), una película de bajo presupuesto que pasó años gestándose como serie de televisión y dando vueltas por FOX y Paramount, apareció y marcó una época entera. Y no solo eso, sino que  revivió el género que más tarde sería de nuevo explorado, maquillado y retorcido para dar lugar a otras películas inolvidables como Chicas malas (2004), Jawbreakers (1999), Jóvenes y brujas (1996) o incluso High School Musical (2006), por citar solo algunas.

Esta interpretación libre de los trabajos de Jane Austen nos presentaba a Cher Horowitz, una estudiante de instituto en Beverly Hills que, además de ser virgen y no saber conducir, era ingenua, adorable y adicta a las compras. Pronto, tanto el vestuario de Cher –calcetines hasta las rodillas, faldas plisadas y estampados tartán– como su manera de hablar se convirtieron en algo icónico que, 20 años después, todavía siguen presentes en la cultura mass media.

“Recuerdo cuando leí el guion por primera vez, pensando: ‘Oh, es muy materialista’. Estaba juzgando a Cher en vez de dejarme deleitar por ella”, cuenta Alicia Silverstone, que interpretó a nuestra protagonista y por la que rechazaron a Gwyneth Paltrow, Reese Witherspoon o Angelina Jolie. “Me encantaba cómo se tomaba todo tan en serio. Así es esencialmente como la interpreté… Sentía que así era Cher. Era tan sincera y tan seria. Y eso es lo que creo que la hace tan ridícula y adorable todo el tiempo”.

Antes de Clueless, Silverstone era la adolescente de cara perfecta que aparecía en los videoclips de Aerosmith. No le hizo falta audicionar, todo el equipo pensó en ella como Cher. Después de ser la protagonista de la película que revivió un género entero, se embarcó en un proyecto que dejó malherido a otro género que ahora mismo vive su época dorada: el de superhéroes. El batacazo en taquilla de Batman y Robin (1997), donde Silverstone interpretaba a Batgirl, frenó el vertiginoso recorrido que se preveía para su carrera.

El personaje de Cher no podría estar completo sin Dionne, su mejor amiga, con la que comparte reinado en el instituto. Su intérprete, Stacey Dash, recuerda en el libro As If! The Oral History of Clueless lo siguiente: “No recibí el guion completo al principio. Solamente un pasaje. Entré, y aunque solo tenía esas partes, sabía que era mío. Así que entré. Y lo clavé. Me llamaron otra vez para leer con Alicia. Tuvimos una gran química. Así que lo tenía en el bolsillo”.

La última actriz en completar el trío principal de la película fue Brittany Murphy (fallecida en 2009), que interpretó a Tai. Nueva, inexperta y protegida de Cher. El patito feo que se transforma en cisne. También el personaje que enuncia una de las frases más representativas de la película y una de las mayores  afrentas que se han conocido en el cine de instituto. Irónicamente, Murphy confesó años más tarde que cuando grabó Clueless ella era virgen y no tenía ni idea de cómo conducir.

El papel del galán recayó en Paul Rudd, el actor que más ha trabajado tras la película y que, precisamente, pronto estrenará Ant-Man, donde interpretará al superhéroe más pequeño del universo Marvel Comics. Esperemos que en su caso haya más suerte que cuando Silverstone se embutió en unas mallas de justiciera. Su personaje en Clueless fue Josh, el ex hermanastro y polo opuesto de Cher ante el que ella no puede evitar acabando rindiéndose.

Resulta curioso el hecho de que Rudd audicionara para todos los papeles masculinos menos para el de Josh; incluyendo a Christian (el chico gay del que Cher se enamora) o Murray, novio de Dionne, para el que le faltaba algo muy importante. “Pensé que Murray era el tipo de chico blanco que quiere ser negro. No me di cuenta de que de hecho era negro”. Finalmente, Murray fue interpretado por Donald Faison, que durante estos últimos años ha sido coprotagonista de una de las comedias más exitosas de la televisión, Scrubs.

Aunque Clueless ha cumplido ya 20 años, su esencia refrescante sigue intacta. A través de reposiciones –que siempre resultan un éxito–, reediciones y constantes referencias en la cultura pop, el espíritu renovador de la película de instituto por antonomasia de la generación X vive más que nunca. Las enseñanzas de Cher Horowitz se han convertido en un dogma inmortal, y estos 20 son solo el principio del clásico que es Clueless. ¡Feliz cumpleaños!