Érase una vez un cruce de miradas casual, un pellizco de soslayo al anochecer y un “tuve que ponerte en tu sitio”. Pasaporte a la Isla disfrutó este domingo de uno de esos momentos que nos endulzan el verano. Labrador entraba para pasar una noche y a Jesús Reyes le iba a costar contener su lenguaje gestual.
Comienza el show: el cortejo del estilista de Mujeres y Hombres y Viceversa bien puede extraerse del manual del conquistador. Te quito las gafas, busco tus ojos furtivos, apaño el dormitorio para que solo puedas dormir a mi lado y espero a que estés soñando para elaborar el ataque final. Allí Jesús busca el roce y, pese a que al principio se encuentra con un “que corra el aire”, uno es un búho resabiado y el otro un lirón adorable. Es lo más cerca que estará de pillar cacho.
“¿De qué te ríes tú, Jesusín?”, pregunta Labrador. Jesús responde con los tanques: “De ti”. Y después de un “luego hablamos”, la conversación definitiva: “Eres muy bocachanclas, dijiste cosas que no habían pasado y te tuve que poner en tu sitio”. Lástima que la rotundidad de la frase no esté acompañada del tono y la expresión. Cualquiera confía. Un silencio incómodo y vuelta a la cama.
Jesús no puede abandonar su cara de pasión incontenible, pero aún le quedan arrestos para hacerse un hueco a su lado. De momento, el del corazón tiene que esperar. Un último “ya sé que te gusta que te dé la espalda” y vuelta a la realidad. Que nadie se marche sin ver el vídeo.