YEARS & YEARS – «COMMUNION» (POLYDOR/UNIVERSAL MUSIC)
Siempre estamos soñando con un mundo ideal en el que la música que nos gusta conecte con un público masivo. Con Years & Years el milagro se ha consumado, incluso en España, donde King se está convirtiendo poco a poco en un éxito relevante. Tal y como están las cosas, mejor ni plantearse si tendrán futuro más allá de este estupendo primer álbum, mejor disfrutarlo sin más.
La fórmula ganadora del trío británico es inmejorable: pop electrónico, un ramalazo indie depurado, fuerte influencia del r’n’b de los 90 y 2000 (Real remite a las TLC de la era Fanmail) y un cantante y letrista que es tan buen intérprete como carismático. Olly Alexander se ha convertido en revelación por méritos propios. Su voz recuerda a la del legendario Green Gartside (Scritti Politti), y sus letras confesionales –el grueso de letras se las inspiró una tormentosa relación con un ex novio– tienen todas un componente de fragilidad con el que cuesta no identificarse.
Predomina pues el pop melodramático que permite descocarse en la pista de baile, mientras Olly comparte una historia de deseo, pasión, dominación y humillación que cuenta con dos cúspides rotundas, Worship y King, en las que hablan de lo peligroso que puede resultar adorar a alguien, sobre todo cuando la fascinación no es correspondida. Suerte que entre los componentes del trío la química es recíproca. Agustín Gómez Cascales. Puntuación: 8
DORNIK – «DORNIK» (PMR/CAROLINE/MUSIC AS USUAL)
Brillante debut de un artista que llega envuelto en cierta aura de misterio, perfecta para dar aún más empaque a su propuesta. Se dio a conocer como batería de Jessie Ware, con la que evidentemente comparte la pasión por el soul y el r’n’b. Aunque Dornik va más allá; no solo tiene una voz aterciopelada que embriaga, además ha logrado como pocos antes aunar en un estilo que resulta personal las influencias tanto del Prince (Strong) como del Michael Jackson (Mountain) de finales de los 70 y primeros 80. Incluso Standing In Your Line guiña el ojo al All Night Long que Rick James produjo a Mary Jane Girls. Un álbum que fluye y enamora, un artista sin temor a mostrarse vulnerable a la vez que seductor. A.G.C. Puntuación: 8
ADAM LAMBERT – «THE ORIGINAL HIGH» (WARNER BROS RECORDS)
Su anterior compañía pretendía convertirle en el equivalente masculino de Kelly Clarkson, y tuvo vista –y gusto– para escapar de esa trampa. Inicia nueva etapa con un disco impecablemente coproducido por Max Martin y Shellback. Ellos son los principales responsables de los colchones electrónicos que arropan letras casi lastradas por un exceso de clichés, mientras Lambert vuelca en el disco su crisis de los 30. En cualquier caso, sale reforzado de este álbum, porque defiende con idéntico poderío temas bailabes como Ghost Town, The Original High o Evil In The Night que baladones como Underground o There I Said It. Iván Salcedo. Puntuación: 6,5
CARLY RAE JEPSEN – «EMOTION» (INTERSCOPE/UNIVERSAL)
El arranque del tercer disco de la pizpireta canadiense es de los más impresionantes de un disco pop en 2015. Run Away With Me, Emotion y I Really Like You seguidas provocan orgasmos múltiples a cualquiera. Lo mejor es que el disco no baja de nivel: que si Gimmie Love, que es como un tema de Kylie de Body Language; que si All That, que podría haber firmado Prince para Martika; que si Boy Problems, que parece de la Billie de los 90… Un disco luminoso con un nivel compositivo y de producción de primera, en donde el revival ochentero que propone se lo han tomado con un rigor y una seriedad que da gusto, y tú, a sonreír. Melanie Trigueros. Puntuación: 8
LIANNE LA HAVAS – «BLOOD» (WARNER MUSIC)
Blood lo tiene todo para convertir a La Havas en una estrella superventas. Si en su debut cautivaba por el recogimiento neofolk del que hacía gala, en esta ocasión se muestra más expansiva y polivalente. Se echa en falta un pelín más de riesgo en la producción, tan pulida que en ocasiones ahoga la emoción que transmite una Lianne pletórica de voz, inmensa en los registros bajos (Green & Gold) y sorprendente cuando se sale del guion previsto (Grow). Un ejemplo de lo excelsa que puede llegar a resultar es Unstoppable, producida por el aliado habitual de Adele Paul Epworth: es un arrebatador y melancólico corte de sofisticado funk con una Lianne La Havas que pone los pelos de punta con su interpretación. Ya quisiera Jessie Ware que su segundo disco le hubiese salido como este. A.G.C. Puntuación: 7,8
LITTLE BOOTS – «WORKING GIRL» (ON REPEAT/DIM MAK RECORDS)
Siguiendo la senda de Nocturnes, Little Boots parece haber encontrado su hueco apostando por melodías chiclosas combinadas con cortantes bases deep house. De esa tensión nacen temas tan destacables como Working Girl, No Pressure o The Game. A su favor, también, que este es su disco más consistente, con una personalidad más rotunda. No importa que unas veces te recuerde a Sarah Cracknell y otras a Dot Allison, porque en todo momento escuchas a ‘Botitas’. Kenny Beat. Puntuación: 7
TAME IMPALA – «CURRENTS» (MODULAR/CAROLINE/MUSIC AS USUAL)
Si pensabas que no había futuro para la psicodelia, Tame Impala te demuestran lo contrario. Currents es un álbum exuberante que invita a perderse en sus muchos recovecos; es un trip en toda regla en donde la base psicodélica 60’s está bellamente enriquecida con tecno-pop 80’s, french touch 90’s y un punto del r’n’b alternativo más actual. Y logra con temas como The Moments hits puramente veraniegos nada convencionales. De hecho, nada lo es en un disco que se postula ya como uno de los importantes del año. I.S. Puntuación: 8
JILL SCOTT – «WOMAN» (ATLANTIC/WARNER MUSIC)
Su quinta entrega es un capítulo más de un diario espaciado, en el que básicamente celebra, una vez más su feminidad, las bendiciones de su vida y, también, sus imperfecciones. Introduce pinceladas de funk crudo (Run Run Run) y blues (You Don’t Know) que no acaban de cuajar. A estas alturas está claro que su voz brilla sobre todo envuelta en soul teñido de jazz, y así lo demuestra aquí en muchos momentos. A.G.C. Puntuación: 6,8