“¿Vamos a preferir tener en la calle niños –que, según las estadísticas, superan los 100.000– que estén pidiendo limosna, que estén siendo explotados o dedicándose a las drogas en lugar de vivir en una sociedad, en convivencia, en una unión familiar sea cual sea su naturaleza porque están formadas por personas del mismo sexo?”
Este era el alegato final de Luis María Aguilar Morales, presidente de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN), para dar luz verde a una noticia que llevamos tiempo esperando: las parejas gays podrán adoptar en México.
Con nueve votos a favor y uno en contra, el del ministro Eduardo Medida Mora, la comunidad LGTB mexicana recibía con los brazos abiertos la invalidación del artículo 19 de la Ley Regulatoria de Sociedades Civiles de Campeche, que negaba a las parejas del mismo sexo el derecho a la adopción.
El escrito violaba los derechos fundamentales del ser humano y allá que fue la Comisión de Campeche para tratar de solucionar el agravio. Fue la ministra Margarita Luna Ramos quien elaboró y presentó el pasado 6 de agosto un proyecto que ya es realidad.
Los ministros coincidieron en que las personas que vivan bajo la figura del régimen de convivencia, ya sea en matrimonio o no, deben tener las mismas oportunidades a la hora de adoptar menores independientemente de su condición sexual. Enhorabuena.