“Lo que recibimos fue muy diferente a otros experimentos”. Lorenzo y Pedro sabían vía Shangay que pasear de la mano de tu novio por Moscú, Kiev, Vilna o Jerusalén puede convertirse en un deporte de riesgo si eres gay. Por eso, estos aventurados valientes quisieron llevar el experimento a un lugar más gayfriendly como Lisboa.
Afortunadamente, y vistos los antecedentes, este experimento no se asemeja en nada a los que hemos visto con anterioridad. Respeto, tolerancia y diversidad para demostrar que, como dicen los protagonistas, “si vives en un país donde ser gay no es un crimen, deberías darle la mano a la persona de la que estás enamorado”. Bravo. He aquí el documento.