«Mis hijos se han visto afectados y el departamento de educación tiene que pagar por ello. No estoy seguro de que se vuelvan a sentir a salvo en la escuela pública y esa es mi mayor preocupación». Joshua Franklin, natural de Hawaii y padre soltero, ha visto cómo discriminaban a sus hijos en el colegio por el hecho de tener un padre gay y ha decidido demandar al Departamento de Educación por no tomar medidas.
Los pequeños Alea y Poha, de 9 y 10 años de edad, fueron insultados e incluso atacados repetidamente por sus compañeros, tal y como relata a The Huffington Post. Además, la queja de Joshua reside en que desde el centro se han hecho oídos sordos a lo que estaba ocurriendo.
En un escrito de 20 páginas, el padre explica cómo «los niños han sido sometidos a un acoso atroz y omnipresente, unido a la inoperancia de los profesores». El pequeño Alea lo relataba así: «Me hacen sentirme triste y volverme loco”. Y es que, el ya clásico e ingenioso ‘maricón’ era el saludo de bienvenida para él y su hermano.
El resultado es que Franklin ha tenido que dejar su trabajo para educar a sus hijos en su casa, con el siguiente perjuicio económico. Demandas, petición de ayuda a asociaciones… Lo ha intentado todo. Incluso, colgó un vídeo en Youtube explicando la situación que ya ronda las 60.000 visitas.
El Departamento de Educación de la localidad está investigando el caso. «El colegio es seguro y tiene un protocolo contra el bullying en marcha, por lo que nos encantaría ver a los niños de vuelta», ha declarado su responsable.
Unos augurios que no encajan con las estadísticas que maneja la Fundación Hawai ana por la Igualdad, donde de los 442 afiliados a los que se preguntó, tres cuartas partes reconocían el bullying en las escuelas como uno de los mayores problemas. Habrá que seguir luchando.