Una historia atroz la de esta joven nigeriana de 26 años. Elita vivía con otras tres mujeres en la ciudad nigeriana de Enugun, situada al sudeste del país africano. Todas ocultaban su orientación sexual e intentaban vivir una vida apartadas del ojo público de la sociedad nigeriana, que castiga la homosexualidad. Un día, varios vecinos irrumpieron en su casa y quemaron viva a su pareja, rociándola con gasolina. Elita pudo escapar por una ventana, pero fue detenida por la policía y un tribunal nigeriano la condenó a 14 años de cárcel por su homosexualidad.
La joven, aterrada por la sentencia, consiguió escapar a EE UU, pero su petición fue rechazada. Fue enviada a Francia por las autoridades estadounidenses ante los ruegos de esta de solicitar asilo, y allí permanece desde el pasado 24 de julio en un centro de acogida a la espera de saber si las autoridades francesas admiten su solicitud o finalmente es expulsada. En el caso de ser repatriada, sería enviada a su país, donde las autoridades le esperan para que cumpla una condena de cárcel de 14 años.
La suya es una situación delicada a la que intenta dar solución la asociación La Cimade, organización que trabaja en la defensa de los derechos de los inmigrantes en Francia. La Cimade recalca la necesidad de dar asilo a Elita por ser amenazada en su país por el único hecho de ser lesbiana.
Por su parte, las autoridades francesas, en concreto la oficina francesa para la protección de refugiados y apátridas, OFPRA, ha aclarado que está analizando con detalle el caso de Elita, y que esta semana emitirá su resolución en relación a la petición de asilo solicitada. En cualquier caso, asegura que la joven tendrá que probar su homosexualidad y que la pena que recae sobre ella esté relacionada con su identidad sexual.
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