A los concejales de Oviedo no se les comunicará con antelación el sexo de los contrayentes en las bodas que oficien en el Consistorio. Es la decisión que ha tomado el ayuntamiento de la capital asturiana –administrado por la coalición PSOE, Somos Oviedo e Izquierda Unida– para evitar una práctica que aseguran que se llevaba realizando hasta ahora. En palabras de la propia vicealcaldesa Ana Taboada (Somos Oviedo), esta diferenciación “vulnera los derechos de igualdad e incluso la intimidad de las personas”.
La medida ha sido aplaudida por la totalidad del colectivo LGTB pero, como era de esperar, no ha gustado nada al PP –que gobernó la ciudad durante 25 años consecutivos hasta las elecciones municipales del pasado mayo –. El concejal popular Gerardo Antuña ha negado que su partido discriminara a los homosexuales y ha aconsejado a los integrantes del nuevo gobierno que “dejen a los gays en paz, olvídense de peleas estúpidas contra el pasado y contra el líder de la oposición y pónganse a gobernar de una vez”.
Dimes y diretes políticos aparte, a nosotros nos parece una medida muy sensata que no hace otra cosa que avanzar en materia LGTB e igualar los derechos de los ciudadanos. Tras colgar la bandera arcoíris por primera vez en el balcón principal del Ayuntamiento de Oviedo durante el fin de semana del Orgullo Gay, el nuevo equipo de gobierno de Oviedo vuelve a demostrar con este gesto su interés y compromiso por la libertad afectivo-sexual.