Le da igual que le pueda costar una multa. Una funcionaria del Registro de Kentucky ha decidido obviar la decisión del Tribunal Supremo sobre la legalización del matrimonio gay en todo el país y se aferra a la “autoridad de Dios” para negarse a tramitar este tipo de enlaces.
No contenta con su homófoba conducta, Kim Davis solicitó de inmediato a la Corte Suprema una orden para que se pudiesen rechazar las uniones entre personas del mismo sexo. Por supuesto, la justicia no ha atentido a sus sesudos razonamientos: “No es un tema de gays o lesbianas. Es sobre el matrimonio y la palabra de Dios”. Davis, que califica la decisión de “entre cielo e infierno”, ya ha rechazado a varias parejas para no violar “su conciencia”. A una de ellas le ha negado su derecho hasta en cinco ocasiones, según afirma el Daily Mail.
Este hecho no hace más que demostrar que, pese a los avances en materia LGTB, los casos de homofobia se siguen reproduciendo y aún queda mucho por hacer. Lo que no se imaginaban April Miller y Karen Roberts, o David Ernold y David Moore, es que se les iba a impedir contraer matrimonio también con las cámaras como testigo. El vídeo habla por sí solo.
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