Nos encontramos ante dos tendencias contrapuestas, por un lado los hairy, machos peludos de pelo en pecho, barbas pobladas y piernas llenas de vello; Al otro frente, los hairless, de torsos rasurados, caras afeitadas y zonas erógenas recortadas.
Para gustos los colores, hay tantos adeptos a una tendencia como a otra, como también los que las combinan.
Los osos son un claro ejemplo de subcultura dentro del colectivo gay. En el argot homosexual, se consideran osos a los hombres gays con cuerpos fornidos abundante vello. El fenómeno social de los osos surge casi a finales de los años ochenta, dentro de la comunidad gay de San Francisco en EE UU. Precisamente son una respuesta a la otra tendencia, la de los hairless, que respondía al prototipo de belleza común entre la comunidad gay, es decir el chico musculado y totalmente depilado.
El movimiento hairy ha ido ganando fuerza con los años dentro del colectivo gay, ya no solo a través de la comunidad bear, sino a través de otros modelos como los hípster, hipstercachas, o sencillamente la tendencia a no depilarse completamente y combinar cuerpos semi-rasurados con barbas bien cuidadas.
En el otro extremo los hairless. Suele coincidir con el prototipo de gay por antonomasia, el chico de gym musculado, totalmente depilado y sin barba. El eterno niñato cachas que tiene síndrome de Peter Pan. Algunos de ellos argumentan que su gusto por la depilación deriva de la comodidad para hacer deporte o mostrar un cuerpo más definido.
A todos ellos les recomendamos la depilación de láser de diodo, que además puede llevarse a cabo en las zonas más recónditas de tu cuerpo, consulta esta web.
Hairy vs hairless: ¿Peludos o depilados?, esta es la pregunta que planteamos. ¿Tú con cual te quedas?