Si nadie la esperaba allí, menos aún lo que estaban a punto de presenciar. Uma Thurman visitaba Sevilla este fin de semana. Como una turista más, la actriz de Kill Bill paseaba por las calles de la capital andaluza haciendo parada en algunos de los bares más populares.
Cuando llegó al Garlochí –un bar gay maravilloso lleno de imágenes de santos y cuadros de la Duquesa de Alba y de Eugenia Martinez de Irujo–, y sin saber muy bien a santo de qué, en un momento de la noche, la musa de Quentin Tarantino se animó a ponerse velo, corona y lágrimas para representar la viva imagen de la Virgen de la Dolorosa. Menos mal que hay fotos del momento, porque si no nadie se creería la anécdota.