Habrá que frotarse lo ojos y hacer un esfuerzo titánico para creerse algo de esto. Sí, a priori se trata de Vladimir Putin defendiendo al colectivo LGTB en una entrevista para la CBS.
Un hombre que todavía tiene la osadía de salir en los medios de comunicación defendiendo la ley de propaganda antigay que impera en Rusia gracias a su beneplácito. “Se ha exagerado deliberadamente por razones políticas sin ninguna base”, explicaba. Todo esto con un serio semblante.
Pero hay más, el cinismo le lleva a ver la paja en el ojo ajeno y no la viga en el propio. Con la que tiene montada en casa. “Por todos es sabido que en cuatro estados de América ser homosexual es un crimen. Definitivamente condeno el hecho”, afirma. Cuesta continuar escribiendo.
Volvamos al país de la libertad: “En Rusia se permite a las personas de una orientación sexual no tradicional vivir en paz”. En todo caso, sus homófobas medidas “protegen a los menores Rusia permitiéndoles descubrir quiénes son por sí mismos”. Han oído bien. Y es que “nosotros no perseguimos a nadie”, dice con orgullo.
Un último alegato: “Creo que no debería haber ninguna persecución para infringir los derechos de las personas en base a su raza, etnia, religión u orientación sexual”. Putin, que ha aceptado reunirse con Elton John para tratar todos estos temas, puede pasarse al cine si en algún momento se aburre de la política. Le irá mejor.
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