¿Dejarías de ser gay si pudieras? Esta es la pregunta que se la ha hecho a varias personas pertenecientes al colectivo LGTB, y la respuesta es contundente. Algunos dicen que su vida sería más fácil si fueran heteros, que es difícil ser un niño gay porque hablas y actúas de manera diferente al resto de chicos, y todos sabemos que los niños pueden ser muy crueles.
A pesar de todas estas problemáticas contra las que el colectivo lucha a diario, la repuesta ante la posibilidad de dejar de ser gays es un rotundo no. “Por dios, no, yo vivo en este limbo precioso que he creado para mí misma”, dice una mujer. “No quiero ser heterosexual, quiero ser gay tal y como soy”, dice otro chico.
La respuesta es clara: a pesar de nuestras problemáticas y nuestras dificultades, somos como somos, y eso es lo mejor de nosotros mismos.