Muchos habíamos olvidado la existencia del concurso de belleza Miss España –reciclado en Miss World Spain– hasta que Ángela Ponce lo ha vuelto a situar en el mapa. Ángela, defendiendo la banda de Miss Cádiz, era una de las aspirantes a ser coronada como guapa nacional, y la primera transexual en optar a este título en España.
Precisamente este dato es el que ha hecho que su nombre sobresaliese por encima del de sus otras 24 compañeras, y también que, antes incluso de fallarse el premio, muchos la encumbraran como la ganadora moral: su ejemplo de superación y normalización la había convertido en todo un símbolo para el colectivo LGTB. Ese sí que es un premio, mucho más importante que el que pueda conferirle el trono patrio de la hermosura.
Y con ese gran reconocimiento tendrá que conformarse por el momento ya que anoche no conseguía pasar la criba de diez finalistas durante la gala que se celebraba en Estepona (Málaga). Finalmente era Mireia Lalaguna, Miss World Barcelona, la que era nombrada Miss World Spain.
Sin embargo, Ángela se mostraba satisfecha: “Para mí ya he ganado. Tengo la corona en la cabeza y voy a seguir luchando por que se nos vea, por que se nos escuche y por demostrar que yo ya soy una reina y tengo mi propia corona”, ha declarado la guapa modelo a Efe.
“Esto es simplemente un certamen, una corona, pero yo voy a seguir con mi lucha”, añadía. Una lucha que consiste no solo en seguir formándose y persiguiendo su sueño como modelo, sino, sobretodo, en servir como altavoz de la Fundación Daniela, una asociación española que busca sensibilizar a la sociedad para erradicar la transfobia.
Ángela tiene 23 años, nació en Sevilla, aunque Cádiz es su lugar de veraneo, y tiene unas medidas de infarto: 90-61-90 y 1’77 metros de altura. Se sometió a la reasignación de género en abril de 2014 y nunca escondió su pasado a la organización del certamen. “Lo conté porque forma parte de mi historia y no tengo por qué ocultarlo”, ha comentado Ángela.
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