Ayer por la tarde, cientos de adolescentes invadieron el centro de Madrid. Llevaban horas esperando en el cruce de Gran Vía con la calle Mesonero Romanos ¿El motivo? Poder ver de cerca a su ídolo Justin Bieber, que visitaba la capital para presentar su nuevo disco, Purpose, a la venta el próximo 13 de noviembre.
Su primera gran parada era precisamente en el epicentro del tumulto juvenil, el edificio de la cadena Ser. Eran las 19:22h y el canadiense concedía una entrevista en directo en Los 40 principales, dentro del programa de Dani Mateo y Antonio Castelo Yu: no te pierdas nada. Una charla exclusiva que habían anunciado a bombo y platillo durante días y que se finiquitó antes de lo esperado: en apenas 8 minutos.
Lo que ocurrió es que después de saludar a los radioyentes y contestar un par de preguntas, la estrella pidió permiso para ir al baño y jamás regresó. Convirtiendo su excusa en el nuevo ‘voy a por tabaco’. Más tarde se desvelarían los supuestos motivos de su espantada. Por un lado, sus representantes comunicaron que Justin se encontraba “apático” desde primera hora de la mañana. Por otro lado, sus fans denunciaron que el joven se podría haber sentido abrumado en el programa ya que que no paraban de bromear en español y de tomarle a cachondeo. Parece difícil creer que una estrella con su background pueda agobiarse con tan poco.
Antes de abandonar la octava planta de Gran Vía 32, otros dos presentadores de la casa, Tony Aguilar y Xavi Martinez, consiguieron cogerle por banda y robarle unas poquitas palabras más. Sin embargo, no hubo manera de retenerle: Justin-Fugitivo-Bieber ya había emprendido su huida.
Su siguiente parada era en El hormiguero, programa que el joven de 21 años visitaba por cuarta vez. Tenía todos los requisitos para a ser un encuentro más amable ya que, según dicen, el entorno de Bieber asegura que el de Pablo Motos es su programa favorito. No lo demostró. Estuvo distante, poco participativo y sin gracia. Ni sus fans –Andreíta Janeiro incluida–, gritando con cada una de sus palabras y coreando sus canciones,
ni las hormigas bailando su single What do you mean?, ni recibir carísimos e inmerecidos regalos, ni explotar un castillo de arena gigante con El hombre de negro… Nada parecía sacarle de su estado de somnolencia promocional. La intervención que Justin en España se cerró con un nada disimulado bostezo en directo.
Las críticas no pararon de lloverle a Justin. Hasta la prensa internacional se hizo eco de su apático paso por nuestro país. Tanto fue así que al ídolo de masas juvenil no le quedó otra que disculparse: “Buenos momentos en España. Siento haberme encontrado un poco enfermo. Las hormigas me hicieron sentir mejor”, escribió en Twitter. Ahora falta decidir: ¿Le perdonamos?
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