No se puede decir que Ian Fleming fuera un escritor especialmente gayfriendly. De hecho, no hay que ser un lince para ver que el autor de la saga 007 aprovechaba cualquier ocasión para atribuir comportamientos afeminados o de ambigua sexualidad a la mayoría de villanos de James Bond. Quizá esté lejos el día en que podamos ver a un actor abiertamente homosexual interpretar el papel del agente –por no hablar de un Bond bisexual–, pero por lo pronto, ya tenemos a algunos de sus compañeros allanándole el terreno.
Uno de ellos es Anthony Horowitz, autor de Trigger Mortis, la nueva novela de 007, quien ha declarado que incluirá un personaje abiertamente gay en la trama. “El libro es fiel al personaje y lo mantiene como los fans querrían”, pero incluyendo “pequeños giros” como este que lo harán más contemporáneo, políticamente correcto y apetecible para los lectores del siglo XXI, según ha asegurado el escritor.
En Spectre, que llega hoy a los cines, no pasa desapercibido que, desde los actores abiertamente gays Ben Whishaw y Andrew Scott a Sam Smith –encargado en esta ocasión de interpretar Writings On The Wall, el tema principal de la película–, esta sea la entrega Bond con mayor presencia LGTB en mucho tiempo.
Whishaw reveló su homosexualidad en 2013 y está casado con el compositor Mark Bradshaw, mientras que Andrew Scott –a quien pudimos ver en Pride– hizo lo propio en una entrevista con The Independent, también en 2013, a raíz del éxito de la serie Sherlock.
No es casualidad que su director sea Sam Mendes (American Beauty), quien en la anterior Skyfall ya se atrevió a incluir una insinuación sexual a Bond por parte de un hombre. Sí, provenía del villano interpretado por Javier Bardem, pero era la primera vez en la historia de la saga que ocurría algo así:
Parece mentira que, con más de 20 títulos a sus espaldas, la saga Bond atraviese una época dorada sin apenas síntomas de agotamiento. Al contrario, Spectre ya es el mejor estreno de todos los tiempos en Reino Unido, superando el éxito de Skyfall y batiendo un récord de taquilla que hasta ahora ostentaba Harry Potter y el prisionero de Azkaban.
En esta ocasión, un críptico mensaje del pasado lleva a James Bond (Daniel Craig) a México D.F. tras los pasos de Marco Sciarra (Alessandro Cremona), un criminal italiano cuya mujer (Monica Bellucci) será la clave para que Bond se infiltre en una reunión secreta de una siniestra organización conocida como Spectre, liderada por Oberhauser (Christoph Waltz). Mientras tanto, en Londres, el nuevo director del Centro Nacional de Seguridad, Max Denbigh (Andrew Scott), presiona a M (Ralph Fiennes) para eliminar el programa 00 y someter a los agentes del MI6 a una vigilancia permanente en favor de intereses políticos. Así que Bond, convertido en agente clandestino, recluta en secreto a Moneypenny (Naomie Harris) y a Q (Ben Whishaw) para ayudarle con las claves que destapen la red de Spectre.