Esta noche hemos sido insultados y hemos recibido una paliza por varios homófobos a la salida de una discoteca. No imagináis el miedo que sientes al ver a tu chico tirado en el suelo con la cabeza sangrando e inconsciente, la incomprensión que te invade y la impotencia… Eran seis contra dos… además de ser intolerantes, eran cobardes.
¿Pero sabéis qué? Siempre seréis impotentes. Podéis golpear una y otra vez, pero nunca borraréis esta sonrisa que veis en mi cara, y no me impedirá amar a mi chico más que a cualquier otro. Somos unos maricones, como decís vosotros, pero nosotros no atacamos a dos chicos siendo seis. Muchos besos para vosotros, queridos homófobos.
Con esta admirable valentía, el joven Clement, natural de la ciudad francesa de Montpellier, dejaba buena cuenta de la brutal y más que cobarde agresión homófoba sufrida. Las heridas, apreciables a primera vista, son solo un complemento al dolor que sentía por dentro y que quiso explicar en sus perfiles de redes sociales. Su respuesta, basada en la sonrisa y el amor, nos deja un mejor sabor de boca…