El activismo político de Meryl Streep

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No puede estrenarse en mejor fecha en nuestro país Sufragistas, una película con una lectura política tan clara que, a dos días de las elecciones generales, anima el ambiente electoral con una contundente lección de historia que conviene no olvidar. La película, protagonizada por Carey Mulligan, Helena Bonham Carter, Romola Garai y Ben Whishaw, entre otros, cuenta las vidas de las sufragistas inglesas que, en los albores de la Primera Guerra Mundial, se atrevieron a desafiar a las autoridades para reclamar los derechos que les correspondían. Muchas de esas activistas no procedían de clases acomodadas, sino que eran mujeres explotadas que sacrificaron su trabajo y su familia en la lucha por la dignidad. Una causa para la que no dudaron en hacer uso de la violencia tras comprobar que sus manifestaciones pacíficas no servían para que los sucesivos gobiernos aprobaran el derecho de las mujeres a votar.

Una de las personalidades históricas clave para entender este movimiento fue Emmeline Pankhurst, líder sufragista que, ante la continua persecución policial que sufría, arengaba a sus compañeras desde la clandestinidad. La directora, Sarah Gavron, buscaba a una actriz con la personalidad y fuerza necesarias para encarnar a una mujer de estas características en un papel pequeño pero imprescindible, y la encontró en Meryl Streep. Y aunque apenas aparece en una breve escena –la actriz solo estuvo tres días en el rodaje–, nos vale para reconciliarnos con la Streep, pues ni Into The Woods ni Ricki satisficieron las ganas de ver a esta gran actriz en todo su esplendor. Puede que su interpretación de Pankhurst no le suponga una nueva nominación al Oscar, pero en 2016 la veremos en el biopic sobre Florence Foster Jenkins, la considerada peor cantante del mundo, y ahí seguro que no se le escapan los premios.

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