“Hay solo tres cosas que se necesitan consumar para que el diablo entre en tu hogar: una de ellas es la legalización de la homosexualidad, otra es el aborto y otra es la pedofilia”. Estas brillantes declaraciones del boxeador Tyson Fury ponían en alerta a todos sus seguidores. ¿Qué hacer para lavar su imagen? Un clásico.
El británico, campeón del mundo del peso pesado y devoto cristiano, fue increpado por Paul Cole, encargado de una tienda de Lancashire con un “no te soporto”. Nuestro protagonista reaccionó frotándose la barba, negando su homofobia y besando en la mejilla al comerciante. Casualidades de la vida, allí estaba The Sun para inmortalizar el momento y difundirlo en sus redes sociales.
Cole destacaba que “es un gran gigante amable con el que no me importaría tener algo si fuera gay”, tal vez el único en creerse la historia. Si a ello añadimos que la BBC le concedía el premio a la Personalidad Deportiva del Año, da la sensación de que Fury está intentando sobrevivir al K.O. contra las cuerdas.