Cuando visitó Madrid en 2004, Michael Stipe se encontraba en un momento de gran aperttura, artística y personal. En Around the Sun, el disco de R.E.M. que venía a presentar, se expresaba con una claridad impensable en épocas anteriores del trío (antes cuarteto). Como letrista recurría cada vez menos a la abstracción propia de algunas de las mejores canciones del grupo, y a nivel personal también se expresaba con más libertad que nunca –sin rehuir cuestiones relacionadas con sus inquietudes sociales y sexuales, que hasta entonces envolvía en cierta ambigüedad-.
Si en 1995 se definió como ‘queer’ en la revista Out, justo en 2004, meses antes de esta entrevista, concedió otra en la que de nuevo aseguraba que ‘queer’ es un término con el que se identificaba mucho más que con ‘gay’, que le resultaba más restrictivo. Tan educado como pausado, Michael Stipe rebosa carisma en el cara a cara, y esta fue la ocasión perfecta para conocerle un poco mejor, e incluso preguntarle por artistas como Britney Spears o Christina Aguilera, nombres que rara vez surgen cuando se habla de música como la de los legendarios R.E.M.
SHANGAY ⇒ Cada nuevo disco de R.E.M. suena completamente a R.E.M. ¿No sentís la necesidad de reinventaros?
MICHAEL STIPE ⇒ Yo, personalmente, no tengo elección. Cuento con unos recursos limitados, entre ellos una voz específica y fácilmente identificable. Es algo que asumí hace unos seis años, que fue cuando me di cuenta de que cada vez que alguien escucha una canción de R.E.M. por la radio sabe al instante que es nuestra. Supongo que eso es bueno… Por otra parte, lo de las reinvenciones me resulta demasiado calculado: Madonna es un ejemplo obvio, y eso que a ella se le da muy bien hacerlo. Aunque lo de que ahora se llame Esther no lo veo tan claro, ¡nos tiene confundidos! [risas]. Aunque yo quisiera ser así no me saldría, prefiero poner siempre las cartas sobre la mesa con total naturalidad. No tengo talento para ser calculador, ni me interesaría tenerlo. A mí me llegan los creadores que actúan de manera auténtica.
SHANGAY ⇒ ¿Cómo por ejemplo?
MICHAEL STIPE ⇒ Hay una serie de artistas que me obligan a esforzarme más como compositor con cada nuevo disco que editan; incluso sus posibles errores me inspiran. Entre ellos están Björk, Radiohead, U2, Patti Smith, Grant Lee Phillips, Q-Tip, PJ Harvey… y también grupos menos conocidos como Now It’s Overhead, Bright Eyes o Interpol. Sé que afirmar que Björk es una artistas muy natural puede sonar a disparate, pero por surrealista que se presente en ocasiones, su visión de la música es tan singular y tan concreta que me fascina.
«En muchas ocasiones me hacen preguntas ridículas respecto a la homosexualidad»
SHANGAY ⇒ Vuestra música en general y tus letras en particular resultan cada vez menos abstractas. ¿Os esforzáis por ser más directos?
MICHAEL STIPE ⇒Nada de lo que hacemos surge de manera consciente. Yo ni siquiera sé música, con lo cual mi visión es bastante naif. Esa ingenuidad es clave para entender cuál es mi contribución a R.E.M: Peter y Mike me dicen que sigo entrando a destiempo en las canciones, que mi forma de entender las melodías es muy distinta a la de cualquier otra persona… Podría dar lecciones de canto o aprender a tocar la guitarra, pero entonces ya no sería lo mismo. De hecho, las canciones de las que más orgulloso me siento son aquellas que han surgido de manera absolutamente inconsciente; tienen una crudeza y una autenticidad que no tiene nada que ver con ninguna intención ni deseo de ser más o menos directo. Necesitamos música que transmita sentimientos reales, da igual cómo vengan expresados.
SHANGAY ⇒ ¿Por qué no te has planteado nunca una carrera paralela en solitario?
MICHAEL STIPE ⇒ Porque el poder que tenemos como grupo jamás podría igualarlo por mí mismo. Los tres salimos de vez en cuando de la nave madre para hacer cosas puntuales con otras personas, pero siempre regresamos al redil. Mis últimas experiencias fuera de R.E.M. están muy relacionadas con la torpeza, y no creo que sea así por casualidad. Con Stéphane Pompougnac grabé el tema Clumsy [Torpe], y la canción con que colaboré en el proyecto One Giant Leap [The Way You Dream] incluía la palabra “clumsy”. Ahora me doy cuenta de que forman dos vértices de un triángulo que completa el tema de R.E.M. Walking Unafraid [Up, 1998], que habla de lo que significa ser una persona física y emocionalmente torpe. Quizá es que temo cometer más torpezas de las necesarias.
SHANGAY ⇒ En todo momento te has mostrado muy comprometido con todo tipo de causas sociales (el deseo de paz que destila Around the Sun es un ejemplo). ¿Por qué la homosexualidad o lo queer nunca está entre las cuestiones que te incitan a pronunciarte públicamente?
MICHAEL STIPE ⇒ Son temas de los que hablo siempre; el problema es que en muchas ocasiones me hacen preguntas ridículas al respecto, y en otras, siento que casi nadie entiende lo que intento expresar. Así que he decidido centrarme en aquellos temas con los que todo el mundo se identifica de un modo claro.
SHANGAY ⇒ ¿Evitas tratar tu sexualidad en las canciones de R.E.M. porque es distinta a la de tus compañeros?
MICHAEL STIPE ⇒ Lo que ocurre es que hay determinados temas que solo me siento cómodo tratándolos de un modo abierto. Uno de ellos es mi sexualidad, otro es mi espiritualidad Sería incapaz de retratar en nuestras canciones los detalles de la relación que tengo con un tío desde hace varios años, y tampoco es algo que quiera contar en una entrevista que va a leer gente que jamás me conocerá. Lo mismo sucede con mis creencias religiosas: puedo dar mi opinión sobre el sentido de las iglesias organizadas en el siglo XXI, pero no creo que nadie quiera leer sobre mis inquietudes espirituales. Son cuestiones íntimas que sólo me conciernen a mí.
SHANGAY ⇒ ¿Cuándo notaste que iba creciendo el interés por tu sexualidad?
MICHAEL STIPE ⇒ Al principio nadie me preguntaba sobre el tema. A veces alguien creía estar siendo directo al preguntarme pero no lo era, y otras veces los periodistas no entendían las respuestas que yo les daba. Pienso que siempre he sido claro en torno a cualquier cuestión, pero no hablé de un modo claro sobre mi sexualidad hasta que vi que se iba a convertir en un tema polémico, allá por 1991 o 1992. En 1994 decidí que era el momento de contar que durante toda mi vida he dormido con hombres y mujeres, y que disfruto por igual en ambas situaciones. ¿Qué más había que decir? Porque meternos en los pormenores de la teoría queer y de la manera en que cada persona vive su sexualidad no siempre resulta sencillo cuando estás con un periodista que no sabe nada del tema y sólo tiene quince minutos.
¿Por qué no se define como gay? ¿Qué opinión le merece Christina Aguilera? ¿Qué conocido personaje gay estuvo a punto de interpretar en el cine? Pasa página
SHANGAY ⇒ ¿Te costó decidirte a dar una entrevista en profundidad en torno a tu sexualidad como la que publicó la revista Butt?
MICHAEL STIPE ⇒ No, porque me la hacía un gran amigo, Wolfgang [Tillmans, afamado fotógrafo] y porque iba a salir en una revista que adoro. Aún así, si la repasas comprobarás que hubo preguntas a las que no le contesté; mis baremos son inamovibles en ese sentido.
SHANGAY ⇒ ¿Por qué te defines como “queer” y no como “gay”?
MICHAEL STIPE ⇒ Porque “gay” me parece un término demasiado limitado, y yo no soy de los que piensa que las cosas son blancas o negras. Tengo amigos que son absolutamente gays, otros que son totalmente hetero y otros, como yo, que están en algún punto intermedio entre esas dos etiquetas. Como no soy ni un especialista ni un historiador, prefiero que sean otros los que ilustren las diferentes conductas sexuales que han existido a lo largo de los siglos, yo no me veo capaz de ir más allá.
SHANGAY ⇒ Sí eres bastante atrevido a la hora de presentarte ante tu público, no te asusta usar maquillaje de fantasía o plantarte un vestido de mujer cuando el cuerpo te lo pide. ¿Por qué lo haces?
MICHAEL STIPE ⇒ Lo de utilizar vestidos de mujer se lo copié a Captain Sensible, de The Damned, y luego Kurt Cobain me lo copió a mi. Y en los primeros tiempos del grupo también solía salir a actuar con la cremallera bajada. ¡Tío, no sabes lo incómodo que se ponía el público! Se notaba que no sabían cómo interpretar mi gesto. Y eso que siempre llevaba calzoncillos, nunca me dejaba la polla colgando a la vista de todo el mundo. En aquella época hacía estas cosas para romper con las ideas preconcebidas de la gente que venía a vernos tocar. Ahora, con cuarenta y cuatro años, hay cosas que no resultan apropiadas para un hombre de mi edad, pero sigo pensando que si la gente paga por verte se merece que les des lo máximo posible, y por eso me arreglo o me maquillo, porque no es lo mismo que te vean sobre un escenario que paseando por la calle.
«Sería incapaz de contar en una entrevista que va leer gente que jamás me conocerá los detalles de la relación que tengo con un tío desde hace años»
SHANGAY ⇒ ¿Algún referente más que confesar que haya podido influir en el modo en que te presentas en vuestras actuaciones?
MICHAEL STIPE ⇒ Quien más me ha enseñado en ese sentido es Thom Yorke [Radiohead]. Con él aprendí que puedes ser tremendamente feo, pero que la pasión con la que interpretas y la ausencia de vanidad sobre un escenario te puede convertir en la criatura más hermosa del universo. Ahora sé que en el momento en que me noto pendiente, durante una actuación, de cómo estoy, de si he hecho algún gesto estúpido… es cuando arruino la emoción que me provoca el tema que estoy interpretando.
SHANGAY ⇒ Luego, ¿te es más fácil apreciar la belleza que transmite Thom Yorke que la que ofrecen Britney Spears o Christina Aguilera?
MICHAEL STIPE ⇒ Britney y Christina hacen lo que tienen que hacer, y me parece muy respetable. A Christina incluso le tengo aprecio porque me parece una tía dura que se lo está currando mucho. En mi corazón guardo un espacio para disfrutar del pop de usar y tirar; está muy bien para bailarlo o escucharlo en el coche. No es el tipo de música que hago con mi grupo, pero de cuando en cuando se agradece. ¿Sabes la canción por la que tuve gran debilidad durante una temporada? La de t.A.T.u [All the Things She Said]. Supongo que sería porque tras ella estaba Trevorn Horn.
SHANGAY ⇒ ¿Te sientes afortunado por ser dueño y señor de tu carrera?
MICHAEL STIPE ⇒ Por supuesto, aunque en ocasiones me superan las responsabilidades que yo mismo he decidido contraer con R.E.M. Ahora mismo estamos embarcados en una gira promocional que nos obliga a coger aviones continuamente, y a ratos me da la sensación de que la piel se me va a caer a pedazos. Puede sonar frívolo cuando te lo cuento, pero agobia tener que trabajar con este nivel de agotamiento: buscar tiempo para ver unas cintas de directores que aspiran a filmar nuestro próximo vídeo, supervisar el diseño de todos los artículos de merchandising que se van a vender en la próxima gira de conciertos… Aunque al final te queda una sensación muy agradable. Sé que si algo de lo que hago sale mal todas las culpas caerán sobre mí, y ello me obliga a mostrarme disciplinado y humilde; algo que, a la larga, resulta liberador. Porque no hay estrella del pop a la que le venga mal un poco de disciplina y humildad.
SHANGAY ⇒ Tu fascinación de por el séptimo arte, y tu carácter emprendedor, te llevó a fundar en 1987 una productora, C-Hundred Film Corp, y a involucrarte en 1995 en otra, Single Cell, de lo más productiva. Puedes presumir de haber producido películas como Velvet Goldmine o Cómo ser John Malkovich. ¿Por qué aún no te hemos visto ponerte ante una cámara de cine?
MICHAEL STIPE ⇒ Me han hecho un par de ofertas que no he podido aceptar por distintos motivos. Me ofrecieron el asesino psicópata de Seven, pero el rodaje coincidía con una gira de mi grupo. Fue una pena; el papel requería saber mostrarse siniestro y creo que eso se me habría dado bien. La otra oferta que me hicieron me resultó insultante. Era el personaje de vecino homosexual de Jack Nicholson en Mejor… imposible. Cuando me explicaron que mi personaje era un hombre seropositivo a quien, al poco de empezar la película, Jack Nicholson le tiraba el caniche a la basura les dije “Iros a tomar por culo”. Ojalá me hubiesen ofrecido Bailar en la oscuridad o me llamase Baz Luhrmann, aceptaría con los ojos cerrados. Aunque por ser una cara conocida no lo voy a hacer bien, así que prefiero evitar cualquier oportunidad de humillarme en público.