“Cuando le dices a la gente que tienes el corazón roto y te sientes mal, algunas personas pueden ser escépticas hasta que les muestras los datos del cardiograma. A todo le mundo le han roto el corazón y entiende por lo que has pasado”.
Koby sabe de lo que habla. Este joven gay israelí recibía hace unos días una llamada de su novio (ya ex) donde daba por finiquitada su relación. Nuestro protagonista, de 28 años y natural de Tel-Aviv, evidenció de forma metafórica en sus redes sociales que romper el corazón no es un invento de los barrocos románticos.
Su pulsera cuantificadora, un elemento que está cada vez más de moda y que mide tus pulsaciones (entre otros parámetros), dejaba a las claras el disgusto de Koby. Él estaba en la cama en reposo y en el momento de la llamada, subidón. ¿Habrá quemado muchas calorías?