El jueves pasado fui a comer a VIPS. Y me encontré con un mantel individual con una imagen que me llamó mucho la atención. Este lunes había terminado mi jornada de trabajo y volvía caminando a casa. En lo que iba a ser un día normal, terminé por llevarme un disgusto monumental. Te advierto que tú quizás también te lo lleves. Al llegar a la parada de autobús, me encontré con la misma imagen. La que puedes ver arriba.
Lo que podría parecer una campaña publicitaria inofensiva, me hizo darme cuenta de un enorme peligro: se está normalizando una imagen de la familia que no es natural. Y lo que es peor: VIPS, un grupo que rige establecimientos familiares, se está prestando para este juego. Entiendo la libertad de la empresa de hacer la publicidad que quiera. Lo que no entiendo es, por qué si la mayoría de sus clientes son familias, VIPS decide excluirlas e ignorarlas.
Nosotros dábamos ayer una vuelta por las redes sociales y nos llevábamos otro disgusto monumental. Tenemos un nuevo brote de homofobia camuflado en el concepto arcaico de familia tradicional. Debe ser que solo existe un tipo, y si no lo cumples, barra libre de discriminación. Una campaña del Grupo Vips donde aparece una pareja gay ha sido motivo suficiente para que un señor inicie una recogida de firmas en HazteOir.Org para retirar este “enorme peligro”. Ser feliz está a tu alcance, pero es importante que respetes a quien también lo es compartiendo su vida con una persona de su mismo sexo. Superémoslo.