“Mis amigos se pasaron las vacaciones riéndose de mí porque se me salía todo. O sea, yo tengo un problema…”. El príncipe del estilo confirmaba en el programa radiofónico Partido a partido que le molesta “el tamaño de su yate”. Ojo, no un barco velero cualquiera.
La anécdota nace cuando el pasado verano se disponía a tomar el sol con un turbo. “No sé si es que hay mucho que cubrir o está mal diseñado, porque aquello no se me pegaba a la piel”, explicaba. Cualquiera se la juega regalándole un bañador ahora. Y todos atentos a su Instagram.