Una vez superada la luna de miel en Casados a primera vista, Alberto y José Ramón se mudan a la gran ciudad. Madrid les espera y Chueca, por supuesto, les acoge. «Demasiada gente, agobio y voy muy perdido» se escucha en un primer momento, pero no hay nada que la noche madrileña. Fiesta y sexo tampoco es mala forma de terminar, ¿no?
Pero no todo es de color de rosa, para comprobarlo pasa página.
Eso sí, cuidado con las terceras personas. Alberto se entrega al estilo de su amigo Alexander para su vestuario y José Ramón no acaba de ver claro tanto cariño. Parece que la situación se tranquiliza, pero… Habrá que ver el próximo programa.