“No quiero que seas parte del problema, quiero que seas parte de la solución, y la solución es que tú estés bien con que alguien sea homosexual, transgénero, bisexual. Y si tú lo eres, que sepas que está bien ser quien eres”. En 1992, Cassando se convirtió en el primer luchador ‘exótico’ en ganar un campeonato de lucha libre. Hoy sigue siendo toda una referencia en México. Y no hablamos solo de deporte.
Porque conviene recordar que en el país azteca la igualdad en materia de derechos con respecto al colectivo LGTB aún se antoja lejana. En ese sentido, la Iglesia Católica sigue siendo el principal obstáculo, como ya demostró en 2009 cuando se aprobó en matrimonio gay en Ciudad de México. Desde junio de 2015, los enlaces entre personas del mismo sexo son legales en todas las entidades federativas del país.
Mientras, Cassandro se ha hecho un hueco en el deporte rey de la región siendo homosexual y travistiéndose en cada aparición. Desde hace décadas, existe un tipo de luchador al que llaman ‘exótico’, hombres cuyos personajes contienen elementos homosexuales o afeminados. Narra en la BBC cómo se ha convertido en la Drag del cuadrilátero y que, a sus 45 años, el retiro no se le pasa por la cabeza.
“La lucha es tan masculina, tan machista. Muchos dicen ‘un homosexual no puede hacer esto’, así que me gusta provocarlos un poco”, explica, al tiempo que también recuerda haber sufrido acoso escolar por el hecho de ser gay. Todo un ejemplo.