Es austriaco, tiene 22 años y se postula como un icono de la moda emergente. “Es muy agradable que te digan que eres un it-boy”, asegura. “Hace unos años habrían dicho que soy un loco del que es mejor estar alejado, pero las cosas han cambiado”.
A Candy Ken le gusta mezclar elementos que no suelen asociars,e como “Hello Kitties y músculos, rosa y masculinidad, lentes de oro y chicos blancos”, enumera el mismo. Se define como unisex y le encanta el postureo en redes sociales, sobre todo mostrando cacha.
No siempre ha estado tan seguro de sí mismo. Antes de convertirse en un fenómeno con un look tan extremo que se lo rifan personalidades como el artista Terry Richardson o el diseñador Nicola Fomrmichetti, Candy Ken se llamaba Jakob Kasimir.
Sufrió bullying en el colegio, estaba acomplejado con sus dientes y su estatura y, cuando empezó a trabajar, se encontraba desmotivado como fotógrafo. Ahora, gracias a su imagen desafiante como modelo y a su faceta como rapero en ciernes, puede hacer llegar su mensaje de superación al mundo.