“Trastorno de preferencia sexual y desorden de identidad”. Así es como el Ministro de Salud ruso, Georgiy Gubanov, califica la homosexualidad. Y claro, tiene que ponerle remedio. Para ello, ha propuesto una nueva regulación de centros donde se trate a los gays de su enfermedad. Dentro de un paquete de medidas relacionadas con los trastornos mentales del comportamiento que ya se encuentran en la web del Kremlin para su debate, vuelve a brotar la homofobia.
El borrador señala la ne cesidad de “salas de examen de sexología” en psiquiátricos donde se aconseje a “pacientes con enfermedades relacionadas con problemas de identificación de género, desarmonías sexuales y desviaciones”. Hay que volver a ponerles en el camino correcto. También incluye el diagnóstico de “desviaciones sexuales entre niños y jóvenes”. Hay que evitar males mayores.
De postre, las instalaciones podrán ejecutar “tratamientos forzados” si un tribunal así lo decide. Las personas encargadas de su aplicación deberán estar equipadas de “al menos un dildo”, no sabemos muy bien con qué propósito. Tremendo.