Imposible entender las cuatro últimas décadas del cine europeo sin la presencia de Isabelle Huppert. Musa de directores como Claude Chabrol o Michael Haneke –con quien colaborará de nuevo en Happy End–, la actriz francesa será una de las intérpretes con más presencia en la cartelera este 2016. Y no puede decirse que hasta ahora se lo haya tomado con calma. En activo desde finales de los 70, tanto en Europa como en Estados Unidos, Huppert ha servido de puente entre diferentes generaciones de cineastas, desde algunos de los nombres más importantes de la segunda mitad del siglo XX –de Otto Preminger a Bertrand Tavernier, Jean-Luc Godard o Michael Cimino– hasta otros como Hong Sang-soo, Claire Denis o David O. Russell.
En sus más de 40 años de carrera, además de con un premio César, un Bafta y un Donatello, su trabajo se ha visto recompensado en el circuito de festivales con dos premios en Cannes, tres en Venecia y uno en Berlín, compartido con el resto de sus compañeras de reparto por 8 mujeres. Esa nómina de premios podría aumentar en 2016 con las últimas películas de Joachim Trier, Mia Hansen-Løve o Paul Verhoeven, que ha contado con ella para protagonizar su esperado regreso, Elle, que presumiblemente se presentará en Cannes.
Pero antes, este 18 de marzo Huppert llega a los cines con Luces de París, donde interpreta a Brigitte, una mujer que para escapar de la rutina de su vida en Normandía, donde cuida de su granja junto a su marido (Jean-Pierre Darroussin), emprenderá una escapada en solitario a París siguiendo los pasos de un hombre mucho más joven que ella. Su director, Marc Fitoussi, defiende que una película como esta, donde a pesar del tono amable la sombra de la infidelidad planea sobre una pareja, difícilmente pasaría el filtro de Hollywood.
SHANGAY ⇒ Es la segunda vez que trabajas con Isabelle Huppert. ¿Por qué crees que es una actriz fetiche para tantos directores?
MARC FITOUSSI ⇒ Esta es mi segunda película con ella, pero te diré que la primera fue una experiencia que me intimidaba. Copacabana era mi segunda película y no dejaba de preguntarme qué pintaba yo ante semejante monumento del cine. No sabía cómo debía dirigirme a ella o cuántas indicaciones debía darle. Enseguida me di cuenta de que ella esperaba de un director que fuera conciso y directo. Pasado ese momento, Isabelle es una actriz que se muestra siempre disponible, abierta a que le comentes cualquier cosa, así que solo debes romper el hielo. Teníamos ganas de volver a trabajar juntos porque en Copacabana ya le había propuesto un papel muy inesperado, alejado de su registro habitual.
“OJALÁ TODAS LAS ACTRICES FUERAN COMO ISABELLE HUPPERT” (MARC FITOUSSI)
SHANGAY ⇒ Es lo que más llama la atención de Luces de París, ver a la Huppert interpretando un personaje tan inocente y cándido, de campesina fascinada con la gran ciudad…
MARC FITOUSSI ⇒ A mí me daba cierto placer imaginar a la Huppert, tan parisina, chic y sofisticada, como una agricultora y ganadera rodeada de vacas y en botas de plástico. Ella se presta a todo y le gustó la idea. Tengo la sensación de que no es del tipo de actriz que ahonda en sus experiencias personales para construir su personaje. Su aspecto privado, desde luego, no entra para nada en su oficio. Lo bueno de Isabelle es que puede ser tanto una mujer de negocios como una mujer más divertida y ligera. En ese sentido, su personaje en Luces de París me parece más cercano que el de La pianista de Haneke, por ejemplo. Y no he visto la última película de Mia Hansen-Løve, pero viendo las fotos me da la impresión de que es la misma imagen de Isabelle Huppert que hemos visto cientos de veces.
SHANGAY ⇒ ¿Contradice su reputación de actriz difícil?
MARC FITOUSSI ⇒ Para un realizador no es difícil. Es tan profesional y tan consciente de su oficio que ojalá todas las actrices fueran como ella. Se involucra y se entrega totalmente. A mí me gusta ir hacia el camino que marcan los actores para que el rodaje sea ameno y agradable. Sé que no le gusta ensayar ni repetir escenas mecánicamente para no perder la frescura. Y esto no quiere decir que llegue sin saberse el papel. Lo que sí aprendí es que para ella una de las partes más enriquecedoras es el vestuario, saber qué lleva su personaje la ayuda enormemente.SHANGAY ⇒ Su personaje viaja a París con la promesa de un affaire con alguien mucho más joven. ¿La infidelidad puede ser un buen método para sanear una relación?
MARC FITOUSSI ⇒ Es cierto que ese vendría a ser el mensaje de la película… Me parecía interesante abordar el tema de esa pareja de agricultores de 50 años que envían un mensaje moderno y casi subversivo sobre las relaciones sentimentales. En ese sentido, está en las antípodas del cine americano. En Estados Unidos, igual no se hubiera podido financiar. Parece una película clásica y no lo es en absoluto. Es una historia sobre la infidelidad y, sin embargo, no hay ninguna escena de peleas, de divorcio ni de lloros. Al contrario, es una película sobre las diferentes vías de reconciliación de una pareja.
LA PELÍCULA LUCES DE PARÍS SE ESTRENA EL 18 DE MARZO.