1. Más autoestima y humor
Los que están satisfechos con su físico, verían reforzado su ego. Los que no están contentos con él, podrían compararse con el resto y con toda probabilidad acabarían dándose cuenta de de que no están tan mal como piensan. Además, no faltarían los chistes y comentarios picantes del estilo “uy, perdón, creía que era la mancuerna”.
2. Indescriptible práctica sensitiva
Si eres fan de los olores y los sudores del gimnasio, imagina apoyar los glúteos sobre las mismas máquinas que el resto… ¡Una delicia! Mejor no hablar de hacer spinning sin pantalón ni ropa interior, simplemente una experiencia penetrante.
3. Más cercanía y complicidad
Qué enriquecedor y agradable sería sujetar la mancuerna a tu compañero o corregirle la postura sin sentir las opresoras costuras de la ropa deportiva sobre tu piel. Las actividades en grupo serían sensacionales. Piensa en una clase dando saltitos en pelota picá. Si esta práctica no une y hace piña, nada más podrá hacerlo.