1. Sobre Myanmar
Myanmar –conocida como Birmania hasta hace una década– está viviendo un despertar tras una sucesión de dictaduras que siguieron a su independencia del Reino Unido en 1947. Esto ha traído profundos y rápidos cambios en los últimos cinco años que han dejado desactualizadas todas las guías del país que se pueden encontrar impresas o en Internet. Hoy ya es posible en muchas zonas pagar con tarjetas de crédito, hay cajeros automáticos para retirar kyats –la moneda local– y los hoteles con WiFi ya son una norma (aunque la velocidad de conexión en ocasiones requiera mucha paciencia). Todo esto, sumado a la seguridad y la velocidad de los cambios, hacen que este sea el momento ideal para visitar este extraordinario país antes de que la globalización lo estandarice por completo.
2. Cómo y cuándo ir
La mejor época para visitar el país es en la temporada seca, que se extiende de noviembre a marzo, aunque este último mes es el de mayor calor de todo el año, con un ambiente reseco cargado de polvo en suspensión. A día de hoy no hay muchas opciones para volar desde España a Yangón, y todas requieren hacer una escala. Recomendamos viajar con Qatar Airways, que ostenta el título de la Mejor Aerolínea del Mundo y ofrece excelentes conexiones desde Madrid y Barcelona a precios muy competitivos.
3. Yangón, epicentro urbano
La que fuera capital de Birmania hasta hace pocos años es una gran ciudad con una hermosa –y deteriorada– arquitectura colonial británica, que desborda vida y contrastes. Yangón posee muchas atracciones, entre las que vale la pena destacar el centro colonial, los templos y pagodas, los lagos urbanos y el mercado tradicional de Bogyoke Aung San. Queremos destacar especialmente el complejo religioso alrededor de la Pagoda Shwedagon Paya, un lugar único en el mundo donde se guardan ocho cabellos de Buda, y que está sembrado de pagodas, templos y edificios menores, y el Museo Nacional para descubrir los tesoros de la cultura birmana en todas sus etapas, aún a pesar de lo desordenada que es la exposición.
4. Bagan y sus cientos de templos
Foto: Paul Arps
La mágica ciudad de Bagan vivió su esplendor entre los siglos XI y XIII. Durante este periodo se construyeron varios miles de templos y pagodas, muchos de los cuales continúan en uso hoy en día, y otros tantos que pueblan el horizonte como impresionantes ruinas de ladrillo. Es increíble constatar la cantidad y magnificencia de sus construcciones, tanto desde el suelo como desde el aire. Recomendamos ver el amanecer desde un globo, una experiencia magnífica, a pesar del elevado precio. Otra opción complementaria, e igualmente recomendable, es alquilar una moto eléctrica y perderse por la interminable red de caminos y carreteras secundarias que abarcan toda la planicie junto al río Ayeyarwady.
5. Mandalay, capital cultural
Foto: Guillén Pérez
El nombre de Mandalay evoca imágenes del Asia tradicional pero puede decepcionar descubrir una caótica ciudad cargada de tráfico con edificios anodinos. Sin embargo, al ser la capital cultural del país, cuenta con barrios repletos de artesanos y monasterios únicos. Los templos que coronan las colinas de Mandalay, Yankin y Yelagon aportan un soplo de aire fresco, así como las murallas de la fortaleza de la ciudad y el Palacio.
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6. El Lago Inle
Este lugar, reserva de la biosfera, deslumbra por su impresionante paisaje y por la forma de vivir y las costumbres tradicionales de sus habitantes. Merece la pena tomar un bote privado para ver a los pescadores salir en faena, visitar el mercado local –que cambia cada día de aldea– y templos y monasterios budistas como Nga Hpe Kyaung y Alodaw Pauk –situados en sus orillas e islas– y pasarse por los talleres de tabaco, seda, fibra de loto y artesanías en diferentes poblados dispersos por el lago.
7. Playas paradisiacas
Foto: Shaun Dunphy
Myanmar posee algunas de las playas más bellas del Sudeste asiático, aunque no sea fácil llegar a muchas de ellas. Al sur del país está el Archipiélago de Myeik, con más de 800 islas, muchas de ellas vírgenes y espectaculares. Otra opción es la playa Ngapali, que cuenta con una asentada infraestructura turística y se posiciona como la más famosa del país. Situada en un entorno paradisiaco con sus playas de fina arena blanca y su agua cristalina, coronadas por bellos hoteles boutique que conviven perfectamente con el entorno.
8. Alojamiento
Aunque existen muchos alojamientos para todos los bolsillos, recomendamos especialmente alojarse en hoteles que cuenten con una buena localización, puesto que la infraestructura vial deja bastante que desear. Mención especial merece el espléndido hotel Sule Shangri-La de Yangón, uno de los mejores de la ciudad, estratégicamente situado en la confluencia del caótico centro colonial y la parte moderna. Cuenta con una excelente variedad de restaurantes, dos piscinas, un gimnasio bien equipado, un spa de ensueño y todos los servicios cinco estrellas característicos de la lujosa cadena asiática, incluyendo una más que decente conexión WiFi.
9. Tradiciones y apertura
Mucho ha cambiado desde la liberación de la Premio Nobel de la Paz Aung San Suu Kyi, principal opositora al régimen, en arresto domiciliario durante más de veinte años. Hoy ocupa un escaño en el Parlamento y continúa su lucha por abrir el país al mundo. Sin embargo, las leyes no han cambiado al ritmo necesario. La homosexualidad está penalizada, herencia de la dictadura militar que gobernó el país. Sin embargo, todos los hoteles respetan las opciones sexuales de sus huéspedes y, en la práctica, con un poco de cuidado, no hay problemas para los visitantes LGTB. En cualquier caso, las muestras de afecto en público no son recomendables, como tampoco lo son entre las parejas heterosexuales. Conviene entender que las leyes no son un reflejo del pensar de sus habitantes. La mayor parte del pueblo birmano es budista, una religión muy respetuosa con la homosexualidad, que a su entender es solo un estado del alma que se debe respetar.
10. Antes de viajar
Myanmar es muy diverso y ofrece muchas opciones, aunque debemos advertir que aún existen zonas vetadas para los turistas extranjeros pero que, seguramente, se irán abriendo paulatinamente en la medida en la que vayan cambiando las leyes heredadas de la junta militar. La mejor manera de desplazarse internamente es en avión o en los lujosos cruceros de río, debido a las distancias y pésimas condiciones de las carreteras y ferrocarriles locales. Volar en sí ya es una experiencia exótica para recordar del viaje, aunque en apariencia las aerolíneas internas no sean tan malas. Recomendamos contratar los vuelos internos con una agencia especializada en Myanmar o con un agente de viajes local en Yangón. Como los vuelos pueden sufrir cambios hasta el mismo día de salida, se debe solicitar en los hoteles que los reconfirmen para evitar esperas innecesarias en los aeropuertos.
Se requiere un visado previo antes de viajar al país que se puede obtener online en la web evisa.moip.gov.mm, previo pago de 50 dólares por persona. Es importante tener como mínimo el hotel de las primeras noches, que se debe mencionar en la ficha de inmigración. Los desplazamientos y tours en Myanmar son más caros que en otros países del Sudeste Asiático porque la oferta no está equiparada con la demanda. En contraste, la comida y transportes locales son muy económicos.
Fotos ANTONIO LUNA