La homofobia se ha convertido en un problema de lo más común en las aulas. Según un estudio realizado por COGAM (Colectivo de Gays, Lesbianas, Bisexuales y Transexuales de Madrid), el 60% de los alumnos de institutos madrileños ha sido testigo alguna vez de una agresión verbal por parte de sus compañeros a otro joven por su condición sexual. Además, casi el 7% de los encuestados dicen haber presenciado agresiones físicas también por motivos homófobos. Estos datos son tan sorprendentes como preocupantes, pero si consideramos el hecho de que el 51% de estos estudiantes opina que los docentes no hacen nada al respecto, las dimensiones de la problemática son aún mayores.
Desde el propio colectivo afirman que “si declaran una orientación no heterosexual, se exponen a, como mínimo, agresiones verbales”, una grave realidad que se ha normalizado en el entorno escolar y a la que no se pone una solución eficiente. Cogam ha solicitado un cambio en el sistema educativo para que “eduque en la diversidad afectivo-sexual y de género”.
Este acoso homófobo también se localiza fuera de las aulas, pues el mismo estudio ha publicado que el 15% del alumnado homosexual ha sufrido o está sufriendo ciberacoso por su orientación sexual. Las redes sociales son uno de los principales medios de interrelación actuales, y a través de ellas (Facebook, Instagram, Twitter o Whatsapp) se puede ejercer violencia contra jóvenes gays o lesbianas. La pesadilla que sufren estos jóvenes puede durar, según los datos obtenidos, de dos a doce meses, e incluso hay casos de varios años. Los medios que hay para prevenir este acoso son escasos, y las consecuencias pueden ser terribles.
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