“No hay en todo el mundo del fútbol de Primera División un solo gay en el campo”. O al menos, que lo haya dicho abiertamente. Así de contrariado se mostraba el vicesecretario general de Acción Sectorial del PP, Javier Maroto, en un debate sobre la presencia del colectivo LGTB en la vida pública celebrado hace unos días en la Universidad Carlos III de Madrid.
Si nos refererimos a visibilidad, el mundo del balompié sigue estando a la cola. Maroto aprovechaba para criticar el inmovilismo mostrado por el Real Madrid después de que se dediquen insultos homófobos cada fin de semana a su máxima estrella, Cristiano Ronaldo. “No le interesa el debate”, argumentaba Maroto.
Y es que, después de que más de un energúmeno interrumpiese el minuto de silencio en homenaje a Johan Cruyff durante el ‘clásico’ para increpar al portugués, la FELGTB se puso en contacto con el club para animarles a portar los famosos cordones arcoíris a modo de guiño. “No se los ha puesto ni el Tato”, explicaba decepcionado el dirigente del PP, a pesar de que se supone que el club había aceptado de buen grado la recomendación.
Maroto se preguntaba por qué, cuando se trata de discriminación racial, el mundo del deporte al unísono se posiciona públicamente en contra. Pero claro, cuando uno milita en el PP, tampoco conviene plantearse muchas cuestiones con respecto a la visibilidad del colectivo, no vaya a ser que…